La Baja Edad Media era un mundo que no se podía entender sin religión, donde religión y sociedad estaban
firmemente unidos, y al mismo tiempo, la religión con la política. Por
lo tanto, existía un mundo de
religiosidad, determinado por un
clima de angustia ante el más allá, ante la salvación, pues era una sociedad enormemente unida con el
concepto de muerte, debido a las guerras, las enfermedades… Sumado a ello, la Iglesia no respondía a las aspiraciones
de sus seguidores, que, por otro lado,
no podían olvidar las catástrofes sufridas a lo largo del siglo XIV, lo que
relacionaban aún más con la idea de muerte (por ejemplo, la invasión de
zonas cristianas por parte de los turcos, era considerado como el final del
mundo). Debido a esta falta de soluciones se
desarrolla a principios del S. XV, la “Devotio
Moderna”, un tipo de religiosidad
intima que consistía en la lectura de las Sagradas Escrituras. La
sociedad debía refugiarse en ello, para poder conseguir algún tipo de
respuesta.
La Devotio Moderna parte de los Países Bajos, y después se extenderá a toda Europa. Este movimiento intenta responder a las necesidades de reforma en el ámbito eclesiástico, y estaba enormemente relacionado con el humanismo cristino, el cual defendía el estudio de los textos sagrados para llegar a una
relación individual e interna con Dios, es
decir, su base es la contemplación y la unión
con Dios, a través del conocimiento de la Escritura, la oración y la
iluminación divina, indiferente del estado clerical o laico. La difusión
de la Devotio Moderna, así como poder realizar la lectura de las Sagradas
Escrituras, se debe fundamentalmente gracias a la invención y difusión de la imprenta. Además, señalar la especulación en numerosas ocasiones de este movimiento en su influencia y contribución al Luteranismo y Calvinismo. La Devotio Moderna alcanzó su máximo auge en el siglo XV en toda Europa, ofreciendo las respuestas y la salvación a la sociedad. Sin embargo, a finales del siglo XVI empezó a decaer hasta desaparecer por completo por otros nuevos movimientos, como la Reforma protestante. A pesar de ello, tuvo grandes méritos, aunque también una falta de adaptación a los nuevos tiempos.
Tomás de Kempis |
Entre los iniciadores de este movimiento encontramos a Gerardo Groote. Éste
destacó por la eficacia de su palabra y el ejemplo de su vida. A partir de sus
trabajos se formó la Hermandad de la Vida en
Común, integrada principalmente por laicos, junto con la colaboración de su sucesor, Florens Radewijns, el cual desarrolló una gran labor como guía
espiritual y organizador de este movimiento. Aunque, la figura más representativa fue Tomás de
Kempis, el cual con su producción literaria, sus libros devotos y tratados
sobre la vida religiosa consiguió ejercer un gran influjo acerca de la Devotio.
En uno de sus libros, La imitación de Cristo,
esboza los conceptos más importantes de la Devotio Moderna, basados en la
conexión personal con Dios y las muestras activas de amor hacia él (por
ejemplo, el sacramento de la Eucaristía durante la misa).
En resumen, la "Devotio Moderna" proponía un gran programa de reforma a través de la espiritualidad y el
diálogo con Dios, como medio de salvación, debido a
las carencias de la Iglesia.
Bibliografía
http://www.mercaba.org/DicT/devotio_moderna.htm
http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/1297.htm
Bibliografía
http://www.mercaba.org/DicT/devotio_moderna.htm
http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/contextos/1297.htm
María Martínez
Grupo 8
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