Definimos la palabra emigración como abandonar el país de origen para establecerse en otro país o en otra
ciudad especialmente por causas económicas y sociales.
Desde los años sesenta hasta la actualidad, las emigraciones
reflejan uno de los mayores problemas a los que se enfrenta hoy la humanidad ya
que muchas personas se ven obligadas a abandonar el núcleo familiar para
marchar a otros países en busca de trabajo y mejores condiciones de vida y esto
no es nada fácil.
Una clara diferencia es que durante los años sesenta y
setenta, emigraba una mano de obra no cualificada mientras que en la
actualidad, la opción de emigrar está reservada para unos estudiantes que han recibido
educación a nivel universitario, lo que es decir, una generación mucho más
preparada que la anterior.
La emigración de aquel entonces se marchaba para ocupar las
posiciones más bajas ya que estos tenían pocas posibilidades para ascender
socialmente. La mayoría emigraba sin su familia y el objetivo que todos
compartían era ahorrar para regresar a su hogar lo antes posible pero además,
también para mandar el dinero a casa.
El impacto de esta primera emigración fue positivo debido a
que además de que aliviaba el desempleo, el retorno de los emigrantes
contribuyó a que se produjera una modernización de la sociedad española ya que
estos aportaron muchas experiencias y culturas de los países a los que habían
emigrado. También fue fundamental e importante la impronta sociocultural que
dejaron los hijos retornados de los emigrantes que fueron educados en países
como Suiza, Alemania o Francia, con una mentalidad muy diferente y además con
una preparación muy superior a la anterior.
En cambio, el emigrante actual percibe desde el primer
momento un descenso de su posición social, aunque a este se le ofrece muchas
más posibilidades de ascender profesionalmente que a los emigrantes de entonces
y esto supone una facilidad en la integración, lo cual es un aspecto positivo.
Pero sin embargo, la idea del retorno es muy diferente a la concepción que
tenía hace años, debido a que en su inmensa mayoría, cuando los españoles
marchan a países como Alemania, Reino Unido y muchos más en busca de trabajo,
no suelen regresar a casa ya que allí las condiciones de vida y de trabajo
suelen ser mejores. El único obstáculo que se presenta en la emigración actual,
es el dominio de la lengua ya que para marchar a otro país, ahora es necesario
controlar al menos un poco el idioma. Pero con idiomas como el inglés, tienes
muchas más posibilidades para encontrar trabajo y para sociabilizarte en
cualquier país.
Otra notable diferencia entre la emigración de entonces y la
actual, es que hace años el salario era beneficioso tanto como para el país de
origen como para el país al que se emigraba. Pero en cambio, en la emigración
de ahora, los que salen más beneficiados son los países de acogida, debido a
que estos reciben una población ciertamente cualificada y bien preparada.
Muchos españoles que se han instalado en países como
Alemania en la actualidad, no solo afirman haberse marchado por encontrar
trabajo, sino porque tampoco son capaces de ver el futuro con una buena
perspectiva.
Para finalizar, adjunto un vídeo muy interesante del
programa de Jordi Évole sobre la sociedad española en Alemania desde los años sesenta hasta la actualidad.
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