Durante
los siglos XV y XVI, se producen en Europa una serie cambios económicos,
políticos, sociales y culturales, que van a suponer un punto de inflexión de
cara a etapas anteriores. Como sucesos más trascendentes, cabe señalar, en
primer lugar, la caída del Imperio Romano de Oriente, de Constantinopla y por
ende, el Bósforo, bajo dominio musulmán (Imperio Otomano).Así el comercio entre
Europa y Asia declinó súbitamente. Ello derivó en la búsqueda de nuevas rutas
comerciales hacia Asia, y culminó con el descubrimiento de América, que supone
otro de los cambios más trascendentes de la época. La aparición del “nuevo
mundo”, hizo resurgir el poder de la Monarquía, que comienza a consolidar
grandes territorios y culturas, y a beneficiarse de las riquezas del comercio.
Ello dará paso, a posteriori, a los Estados Modernos. Se considera, como
tercero de estos hitos, en consonancia, con el Renacimiento, y con el
humanismo, las religiosas acaecidas a principios del siglo XV, y en concreto,
la Reforma Luterana.
Estos
hechos, van a fraguar, una nueva distribución de poderes, una nueva
distribución mundial, y por consecuencia, grandísimos cambios de identidad,
sociales y culturales, como se mencionó anteriormente, que no serían aceptada
por todos, de igual manera, y que como es lógico generaría reacciones
contrarias.
Surge,
en este contexto, la Reforma Luterana. Lutero, que dedicó su vida al estudio de
la religión, y de las Antiguas Escrituras, revisó las doctrinas medievales
según el criterio de su conformidad a las Sagradas Escrituras. En particular,
rechazó el complejo sistema sacramental de la Iglesia católica medieval, que
permitía y justificaba prácticas como la "venta de indulgencias",
según él, un verdadero secuestro del Evangelio, el cual debía ser predicado
libremente, y no vendido. Este análisis, le lleva a desarrollar un nuevo
enfoque, una nueva interpretación de la religión, que culmina en un nuevo
movimiento religioso, el Luteranismo. Este movimiento hundía sus raíces en
elementos de la tradición católica medieval de Alemania y los Países Bajos.
En
líneas generales, su teoría abogaba por la austeridad, y por un carácter más
humano de la religión, y de la profesión de la fe, de cara a la opulencia de la
Iglesia de Roma, del Papa, que como jefe de los estados papales, pretendía
ejercer dominio y control sobre sus fieles. En aras de cuestionar las
circunstancias, Lutero redactó sus 95 tesis a cerca de las doctrinas de la
Iglesia, introduciendo drásticos cambios, como la posibilidad del matrimonio de
los sacerdotes, o la traducción de las misas, y escrituras, del latín a las
lenguas vernáculas de los fieles.
Si se
tienen en cuenta los factores que conformaban la situación preexistente, y el
cúmulo de sucesos que contribuyeron al surgimiento y desarrollo del fenómeno,
creemos que cabe pensar que la reforma Luterana, es una respuesta natural, no
sólo de religiosos, sino de cualquier persona y/o colectivo, frente a una
malversación del poder, y de la influencia.
Sería,
desde nuestro punto de vista, un gran error, pasar por alto como Lutero, al
igual que otros pensadores de la época, como Erasmo de Rotterdam, llegaran a
enfrentarse al poder y la influencia eclesiástica, en pos de un cambio a favor
de los fieles, del ser humano, respecto al poder divino, al Papado. Al margen
de sus propósitos, los cuales aparentemente reflejan las ideas humanistas, y
rechazo, al exceso de poder, y la riqueza material, las consecuencias de su
obra tuvieron un gran impacto en conjunto de la sociedad, más allá de la
religión, dando pié a procesos de gran envergadura. En consecuencia, hemos
considerado de gran interés la fuerza que el Luteranismo tuvo en el desarrollo
de la historia en Europa, y por ello, el hecho que más ha llamado nuestra
atención.
Juan Bosco García
Roldán
Juan Bosco García Roldán
ResponderEliminar