domingo, 4 de mayo de 2014

Luteranismo



Durante los siglos XV y XVI, se producen en Europa una serie cambios económicos, políticos, sociales y culturales, que van a suponer un punto de inflexión de cara a etapas anteriores. Como sucesos más trascendentes, cabe señalar, en primer lugar, la caída del Imperio Romano de Oriente, de Constantinopla y por ende, el Bósforo, bajo dominio musulmán (Imperio Otomano).Así el comercio entre Europa y Asia declinó súbitamente. Ello derivó en la búsqueda de nuevas rutas comerciales hacia Asia, y culminó con el descubrimiento de América, que supone otro de los cambios más trascendentes de la época. La aparición del “nuevo mundo”, hizo resurgir el poder de la Monarquía, que comienza a consolidar grandes territorios y culturas, y a beneficiarse de las riquezas del comercio. Ello dará paso, a posteriori, a los Estados Modernos. Se considera, como tercero de estos hitos, en consonancia, con el Renacimiento, y con el humanismo, las religiosas acaecidas a principios del siglo XV, y en concreto, la Reforma Luterana.
Estos hechos, van a fraguar, una nueva distribución de poderes, una nueva distribución mundial, y por consecuencia, grandísimos cambios de identidad, sociales y culturales, como se mencionó anteriormente, que no serían aceptada por todos, de igual manera, y que como es lógico generaría reacciones contrarias.
Surge, en este contexto, la Reforma Luterana. Lutero, que dedicó su vida al estudio de la religión, y de las Antiguas Escrituras, revisó las doctrinas medievales según el criterio de su conformidad a las Sagradas Escrituras. En particular, rechazó el complejo sistema sacramental de la Iglesia católica medieval, que permitía y justificaba prácticas como la "venta de indulgencias", según él, un verdadero secuestro del Evangelio, el cual debía ser predicado libremente, y no vendido. Este análisis, le lleva a desarrollar un nuevo enfoque, una nueva interpretación de la religión, que culmina en un nuevo movimiento religioso, el Luteranismo. Este movimiento hundía sus raíces en elementos de la tradición católica medieval de Alemania y los Países Bajos.
En líneas generales, su teoría abogaba por la austeridad, y por un carácter más humano de la religión, y de la profesión de la fe, de cara a la opulencia de la Iglesia de Roma, del Papa, que como jefe de los estados papales, pretendía ejercer dominio y control sobre sus fieles. En aras de cuestionar las circunstancias, Lutero redactó sus 95 tesis a cerca de las doctrinas de la Iglesia, introduciendo drásticos cambios, como la posibilidad del matrimonio de los sacerdotes, o la traducción de las misas, y escrituras, del latín a las lenguas vernáculas de los fieles.
Si se tienen en cuenta los factores que conformaban la situación preexistente, y el cúmulo de sucesos que contribuyeron al surgimiento y desarrollo del fenómeno, creemos que cabe pensar que la reforma Luterana, es una respuesta natural, no sólo de religiosos, sino de cualquier persona y/o colectivo, frente a una malversación del poder, y de la influencia.
Sería, desde nuestro punto de vista, un gran error, pasar por alto como Lutero, al igual que otros pensadores de la época, como Erasmo de Rotterdam, llegaran a enfrentarse al poder y la influencia eclesiástica, en pos de un cambio a favor de los fieles, del ser humano, respecto al poder divino, al Papado. Al margen de sus propósitos, los cuales aparentemente reflejan las ideas humanistas, y rechazo, al exceso de poder, y la riqueza material, las consecuencias de su obra tuvieron un gran impacto en conjunto de la sociedad, más allá de la religión, dando pié a procesos de gran envergadura. En consecuencia, hemos considerado de gran interés la fuerza que el Luteranismo tuvo en el desarrollo de la historia en Europa, y por ello, el hecho que más ha llamado nuestra atención.

Juan Bosco García Roldán

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