La participación de la URSS en la Segunda Guerra Mundial junto a los aliados occidentales y la victoria sobre la Alemania de Hitler la convirtió en una gran potencia. Después de 1945, la Unión soviética fue una de las grandes superpotencias junto a Estados Unidos de América, que se repartieron el mundo en dos grandes zonas de influencia.
Finalizado el conflicto bélico, el sistema comunista se impuso en toda la Europa del Este y después se expandió por Asia, África e, incluso, por América. en el Este y Centro de Europa se establecieron las democracias populares. En China, en 1949, y en otros lugares de Asia se crearon regímenes comunistas. En África, bastantes países salidos de la colonización europea en los años sesenta adoptaron regímenes comunistas. El sistema socialista se estableció también en Cuba tras el triunfo de Fidel Castro y sus seguidores en 1950.
En la época del mundo bipolar o de la Guerra Fría, los dos grandes polos fueron el mundo liberal y capitalista y el mundo comunista, que alcanzó su máxima extensión, influencia y poder en los años sesenta y setenta.
El primer escenario del enfrentamiento entre los dos grandes bloques tuvo lugar en Alemania. La capital, Berlín, repartida en cuatro zonas de ocupación, se encontraba controlada por los soviéticos, los cuales decidieron cerrar todas las fronteras y aislar el sector occidental de la ciudad (bloqueo de Berlín). Los Estados Unidos respondieron estableciendo un puente aéreo para abastecer la capital hasta que en 1949, tras 11 meses, Stalin decidió poner fin al cerco. La crisis aceleró la división de Alemania en dos Estados: la República Federal de Alemania (RFA) nacida el 23 de mayo de 1949 y la República Democrática Alemana (RDA) creada en Octubre del mismo año.
El problema berlinés resurgió en 1958, cuando el dirigente soviético Jruschev quiso poner fin a la constante huída de la población hacia el Oeste. La URSS exigió que Berlín-Oeste quedase unido a la RDA o convertirlo en zona internacional bajo control de la ONU. Los Estados Unidos se opusieron y, en 1961, se levantó un muro que dividió la ciudad en dos y que acabó convirtiéndose en el símbolo más evidente de la Guerra Fría.
A mediados de la década de los ochenta, parecían inevitables y urgentes los programas de reforma del aparato político y económico de la URSS. Esta tarea fue emprendida por el líder soviético Mijail Gorbachov que alcanzó el poder en 1985. Su programa de reformas también pretendía reestructurar las relaciones de la URSS con el resto del mundo socialista.
La nueva línea política soviética abrió nuevas perspectivas a la Europa del Este. La garantía de no-intervención provocó el fin del dominio de los partidos comunistas y el inicio de reformas. El proceso reformista se orientó, en el terreno político, a conseguir formas de gobierno parlamentarias y democráticas, y, en el económico, a introducir un sistema de propiedad individual y de relaciones de mercado.
El inicio de estos cambios tuvo lugar en Polonia. En abril de 1989 se convocaron elecciones libres y el resultado fue totalmente favorable a Solidaridad (80% de los votos). Los contactos con los países capitalistas mostraron rápidamente el deseo del nuevo gobierno de aproximarse política y económicamente al modelo occidental.
Pero los cambios más espectaculares se produjeron en la República Democrática de Alemania, donde el gobierno comunista de Erich Honnecker parecía que se resistía a las reformas. Las manifestaciones de oposición aumentaban día a día y los ciudadanos que se refugiaban en embajadas para huir del país se contaban por miles. Ante la presión popular, una parte del Partido Comunista se enfrentó a Honnecker, forzó su destitución y el 9 de noviembre de 1989 tomó la histórica decisión de abrir el muro de Berlín, permitiendo el libre tránsito de ciudadanos.
Honnecker, además, se comprometió a celebrar elecciones libres, que tuvieron lugar en 1990. Los resultados electorales dieron la victoria a las fuerzas conservadoras de la República Federal, encabezadas por Helmut Kohl, que defendían la rápida reunificación de las dos Alemanias. Ésta se hizo efectiva el 3 de Octubre de 1990, fecha en la que la República Democrática de Alemania dejó de existir.
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