miércoles, 4 de junio de 2014

Juan Bosco García : LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL; ¿POR QUÉ NO EN ASIA?

A mediados del siglo XVII tiene lugar el proceso conocido como Revolución Industrial, o Industrialización, en las islas británicas. Este proceso por el cual se introdujeron nuevas tecnologías, así como nuevas técnicas de producción, extracción de materias primas, y el empleo de nuevas energías supuso el mayor desarrollo económico sostenido de la historia hasta el momento, que elevaría el nivel de vida medio, sin necesidad de adaptarse al la envergadura demográfica.

Pero desde la perspectiva actual, cabe cuestionarse, si este fenómeno podría haberse dado en otra parte del mundo. Si se analizan, lo que a posteriori conocemos como indicadores razonables que posibilitaron el desarrollo de este fenómeno, tales como el avance científico-tecnológico, el rendimiento agrícola, o la importancia de la vida urbana, así como la importancia de los mercados, la predicción podría haber sido radicalmente diferente.

Según estos criterios, China, podría haber sido el candidato idóneo. Durante la dinastía Song, entre 970 y 1269 China estaba a la cabeza del mundo en innovaciones tecnológicas, contando con invenciones tan relevantes como la brújula, el reloj, o el papel. Desarrollaron también ruecas y tecnología hidráulica, de manera casi paralela a la de Europa. En consecuencia, el nivel de vida de los Chinos para el año 1500 era igual que el de un europeo.

No obstante, como es por todos sabido, no ocurrió así. Ninguno de los factores que se comentarán a continuación puede explicar por si sólo la divergencia que se acrecentaría, entre los destinos de ambas economías, aunque se piensa que la confluencia de todos ellos podría conformar una explicación razonable.

Primeramente, la geografía marcaría grandes diferencias. Hay que tener en cuenta, que el extremo occidental de Eurasia, es una península, con una inmensa cantidad de costas y ríos que facilitaron enormemente el transporte marítimo, así como la salida al mar, y por tanto al resto del mundo.
Además en lo tocante a la climatología, Europa goza e mayor estabilidad, con lo que las catástrofes meteorológicas no supusieron un inconveniente tan marcado, como si pudo hacerlo en el continente asiático.

La apertura al exterior en China, había tenido indicios prometedores, con expediciones marítimas como la llevada a cabo por Zen He , que había llegado a alcanzar África Oriental. No obstante, a principios del siglo XIV, y otra vez tras la expedición de Zen He en 1433, el comercio exterior se prohibió en China, dado que el gobierno del momento, tradicionalmente absolutista, tenía miedo de que el comercio exterior le hiciera perder estabilidad política y social. Esto entra en un fuerte contraste con las potencias Europeas, que sólo acababan de empezar su expansión ultramarina.

Por último, y quizás con mayor relevancia, es importante resaltar la gran el carácter centralizado, de la política china, casi sin duda la más antigua sobre un territorio relativamente constante, y tan extenso. Esta cohesión territorial y política, era impensable al otro lado del continente euroasiático, donde la constante pugna de las diferentes naciones. Este proceso denominado “competencia de estados”, resultó ser bastante positivo en algunos aspectos del crecimiento económico, que se reflejan en el temprano retroceso del despotismo extremo, que amplió el espacio de la sociedad civil, y del individuo, de cara a la política y la economía.

Probablemente, pese a lo dicho anteriormente, sea imposible saber a ciencia exacta, por qué la Industrialización no se dio en China pese a haber tenido unas condiciones no del todo desfavorables. No obstante, creo que cabe destacar, el papel decisivo que el gobierno Chino tuvo en lo tocante a la apertura exterior del comercio, y al margen del resto de factores, considero éste último el gran causante, y quizás, el único que podría haber inclinado la balanza hacia este gigante asiático.

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