miércoles, 4 de junio de 2014

Picasso y su aportación sobre la Guerra Civil

Año 1937, cuando Pablo Picasso pinta la que es probablemente su obra más destacada: el “Guernica”. Es un cuadro que pertenece al llamado cubismo sintético o cubismo expresionista. Como contexto histórico del mismo, debemos hablar de la Guerra Civil Española (1936-1939), en la que España queda dividida en dos: la España republicana y la España sublevada. Es especialmente destacable el apoyo de la Alemania nazi al bando sublevado: es la Legión Cóndor, alemana, la que bombardea la población vasca de Guernica. Se trata del primer bombardeo de la población civil.

En esta época, Picasso se encuentra en París y Josep Renau, director general de Bellas Artes de la República, le pide un cuadro para la Exposición de París de 1937: este debe mostrar el horror de la guerra, la culpa del bando sublevado y el sufrimiento del pueblo republicano. Deseaban que el motivo del cuadro fuese real, y por ello cuando Picasso recibió noticia del bombardeo de Guernica el 26 de abril de 1937, lo eligió como tema. Dejó expreso su deseo de que, en cuanto la democracia volviese a España, el cuadro fuese enviado aquí, y así se hizo.


El Guernica es un cuadro al óleo sobre lienzo de aproximadamente 7 x 4 m, enorme. Está pintado en blanco y negro, lo que lo hace más triste. Va a retratar el horror del bombardeo, que acabó con la mitad de la población, pero no hay referencia explícita ni al bombardeo en sí, ni al lugar ni al tiempo. Es como una abstracción: no es un cuadro de historia sino un cuadro simbólico. De derecha a izquierda, vemos cómo una bomba ha caído en una casa que está en llamas: la puerta se cae y un hombre levanta los brazos porque se está quemando dentro de la habitación. Sus ojos son como lágrimas, desorbitados. Huyendo sale de la habitación, corriendo para salvarse, una joven con un quinqué o vela. Pero quien no se salva tan fácilmente es la muchacha que huye arrastrándose por el suelo, sujetándose la rodilla con la mano y acusando una horrible herida. Esta última parece intentar levantarse hacia la luz.

Vemos también una bombilla encendida de la que salen rayos; hay quien dice que es el símbolo de la salvación, de la esperanza, pero otros sostienen que es la luz como progreso, el cual trae también consigo la destrucción con la mejora de las técnicas de matar. Bajo la bombilla, hay un caballo que se retuerce y abre la boca de dolor. Su cuerpo tiene lo que parece ser una imitación de letras de periódico, lo que nos lleva al collage. 

Tenemos además un soldado muerto en el primer plano, sujetando la espada rota: es la muerte como la había pintado Goya en sus guiñapos. Está haciendo pues una referencia a la pintura española y a otra guerra del pasado, la Guerra de Independencia. A su lado, tenemos una flecha que señala hacia la izquierda, hacia el camino de la salvación.


A la izquierda del cuadro, vemos a una madre con su niño muerto en brazos: este no tiene pupilas porque está muerto, y ella grita desesperada. Los ojos de la madre son también como lágrimas, parece que se le caen de dolor. Y justo encima de ella está el toro. Este animal ha sido objeto de diversas interpretaciones. Para unos, es el símbolo de la fuerza bruta, de los alemanes que lo destruyen todo. También se puede considerar que el toro es el símbolo de España, pero quizás esta iconografía es algo más reciente. La última hipótesis es que el toro y el caballo simbolizan a las dos Españas: el primero está tranquilo y representa, por tanto, al bando sublevado o franquista, mientras que el caballo retorcido de dolor sería el símbolo de la República. 

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