Me acuerdo de un viejo manual escolar de matemáticas que
uno de mis abuelos usaba en los primeros años de escuela primaria. “¿Cuántos
objetos hay? Cuenta.” Y luego dibujos de tanques, de cañones, de soldados en
formación en distintas cantidades. Educación en medio de una Guerra Mundial. El
aparato propagandístico prestaba especial atención a los niños. He buscado
información sobre cómo pretendía influir en la educación durante las dos Guerras
Mundiales y me gustaría compartir aquí los ejemplos que encontré sobre la educación alemana, francesa e inglesa en la Primera Guerra Mundial, de
1914 a 1918.
En la Primera Guerra Mundial se observaba un gran
entusiasmo por lo bélico, que también se trataba de transmitir a los niños. El
militarismo y la Guerra fueron omnipresentes y formaban parte de la normalidad.
Los juguetes, por ejemplo figuras de soldados de plomo o disfraces que imitaban
uniformes militares, hacían de los enfrentamientos violentos en el frente
eventos divertidos que se podían imitar en los juegos en el propio jardín.
Había libros que enseñaban sobre la estructura del ejército y la vida de los
soldados, y cuentos y poemas sobre batallas escritos para niños. En la escuela
se tematizaba la Guerra, o bien de manera explícita, escribiendo diarios de
Guerra, o bien implícitamente, por ejemplo en textos de dictados o en
ejercicios parecidos al que vi en el manual de mi abuelo (aunque este se
publicó veinte años más tarde).
Con la aproximación de lo niños a la Guerra en general no
se acabó la cosa, también se aseguraba que quedara muy claro quiénes eran los
participantes de la Gran Guerra, quienes de ellos se consideraban enemigos y
cuales eran los héroes. Se difundían historias terribles sobre los partidarios
del otro lado, que los describían como monstruos inhumanos y crueles que
asaltaban y asesinaban la población inocente. A la vez, se rendía homenaje a
los héroes de la patria. Había días de conmemoración para quienes fallecieron y
en Navidad en las escuelas los alumnos preparaban paquetes para enviarlos luego
a los soldados que iban a pasar las fiestas en el campo de batalla. Algo
curioso y chocante se daba en Francia: Aparecían historias de unos niños
“héroes” que con valentía extraordinaria habían ayudado al ejército, haciendo
trampas al enemigo o cuidando de un herido y pagándolo con la vida; para así
hacer surgir en los niños el deseo de servir a la patria y ser buenos soldados
cuando pudieran.
He encontrado algunas imagenes para ilustrar mis
explicaciones, que os voy a poner aquí abajo:
Información e imagenes sacadas de:
- Dietmar Moldhagen, 2007. Das Ende der Bürgerlichkeit. Liverpooler und Hamburger Bürgerfamilien im Ersten Weltkrieg. Göttingen: Wallstein Verlag. Consultado en Internet (Google Books)
No hay comentarios:
Publicar un comentario