Unidad
del cristianismo en Europa frente la amenaza del Este (Imperio Otonomano) y el
protestantismo.
Este concepto es adoptado por Carlos V, el
cual se siente responsable de mantener la cristiandad dentro de su imperio e
impedir el avance del islam. Además, esto sirvió al Emperador, el cual tenía un
imperio dividido en reinos, para tener uno motivo de unión entre todos,
incluida la Iglesia con la que pretendía luchar contra la herejía.
Frente a esta idea, los principales problemas
que le surgió al Emperador fueron Solimán, líder del imperio Turco, y el
protestantismo, que apareció en el corazón de su propio imperio.
La UniversitasChristiana, basada en la
combinación de diplomacia y ejército, fracasaría finalmente debido a la enorme
extensión y lejanía los dominios imperiales, la dificultad y lentitud de
desplazamientos y comunicaciones (que imposibilitaba atender urgencias en el
momento oportuno), la casi nula ayuda exterior y la oposición de otras fuerzas
políticas dentro incluso de la cristiandad.
Además de todos estos problemas para defender el cristianismo,
la enemistad con Francia por el Imperio y los territorios de borgoña tampoco
fue de ayuda ya que su rey, Francisco I, llego a aliarse con los otomanos.
Por otro lado, Solimán no sólo fue un impedimento para
realizar su Universitas, sino que además fue una molestia en el desarrollo del
comercio en el Mediterráneo, ya que los piratas berberiscos saqueaban los barcos españoles que
comerciaban por esa zona.
La lucha con el imperio otomano tuvo dos
frentes:
1.
Por tierra, con la batalla de Mohac, en la que el Imperio germano
perdió tierras del este de Europa, y el sitio a Viena, del que Carlos V
consiguió salir airoso y sirvió para crear un frontera terrestre bien
delimitada entre los dos imperios.
2.
Por mar, las incursiones piratas fueron aumentando lo que obligó a
Carlos V a pedir ayuda a Venecia, que aunque en un principio ayudó luego dejó
de apoyar, y al Papado.
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