lunes, 2 de junio de 2014

La ruta de la seda

Desde la Antigüedad, Oriente y Occidente estuvieron unidos por diversas rutas: Ruta de la seda, la ruta de las especias y la de la porcelana. Es uno de los escenarios más fascinantes para la aventura en estado puro, pero también para la aventura de la cultura. En 1271 un mercader de Venecia, Marco Polo salía para China y no regresaría a Venecia hasta pasados 25 años. En 1298 es hecho prisionero en Génova. La casualidad le lleva a compartir celda con el escritor Rusticello de Pisa, a quien cuenta sus recuerdos. Así nació “el libro de las maravillas del mundo”.

Por la Ruta han circulado en ambos sentidos los mercaderes, los soldados y los filósofos, es decir, el comercio, la guerra y las ideas. En el siglo II ad C el general y explorador chino Zhang Qian abrió el camino hacia el oeste para que quince siglos más tarde Marco Polo lo recorriese desde Europa hacia el Oriente. Alejandro Magno recorrió la Ruta conquistando territorios hacia el este y Gengis Khan lo hizo en sentido inverso. Crisol de la Historia y cuna de mil leyendas, en la Ruta se han encontrado tres grandes religiones: cristianismo, budismo e islam, y otras hoy desaparecidas, como el zoroastrismo.

Las colecciones más importantes de objetos arqueológicos hallados en Dunhuang consisten en diversos objetos, fechados desde aproximadamente el año 100 A.C. al 1200 D.C., incluyendo pinturas, murales, artefactos, monedas y manuscritos, estos últimos en una veintena de diversos idiomas y alfabetos. El tamaño y alcance de las colecciones, su fragilidad y la existencia de falsificaciones, ha supuesto que muchos de los manuscritos tengan todavía que ser estudiados detalladamente.
 
Loulan, situada en un sector estratégico de la Ruta de la Seda, al noroeste del lago Lop Nor, era una próspera ciudad atravesada por las caravanas de mercaderes, hasta que fue abandonada por razones desconocidas. Antiguamente, el lago Lop Nor aparecía ubicado en diferentes lugares en los mapas. Pero no se trataba de errores de los cartógrafos, se comprobó que en realidad el lago cambiaba periódicamente de sitio.


La Ruta de la Seda se divide en dos ramales: norte y sur, para bordear el desierto cuyo nombre significa "donde entras pero no sales". Milan, Ruoqiang y Niya son ciudades que estuvieron situadas en oasis a lo largo de la antigua ruta del sur y que han ido desapareciendo bajo las arenas.

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