lunes, 24 de marzo de 2014

GRUPO 1: LA ADMINISTRACIÓN BAJO LOS AUSTRIAS

La Monarquía Hispánica estaba conformada por la unión de los reinos de Castilla y Aragón, que además integraban numerosos reinos, bien por la fórmula de accesión (Castilla) o bien por la de los reinos separados, esto es, respetando las leyes e instituciones de cada reino (Aragón). Esta forma de integración será determinante porque por un lado llevará a que en Castilla el monarca posea la plenitud de sus poderes y se desarrolle con más fuerza el absolutismo y por otro lado en Aragón se llegue a un sistema de pactismo. Por tanto de aquí podemos sacar una primera conclusión: la Monarquía Hispánica era una diarquía.
El poder real era de origen divino, el rey era el representante de Dios en la Tierra y debía hacer todo lo posible por favorecer a la comunidad o de lo contrario (en caso de ser tirano) podía ser ejecutado. Las facultades del monarca se denominan regalías y son fundamentalmente el poder legislativo, ejecutivo y judicial. La voluntad del monarca se manifiesta en las pragmáticas y en los órganos de gobierno en los que delega el poder, que llegarán a ser muy numerosos por la imposibilidad de atender todos los asuntos debido a la enorme extensión del imperio. Para el gobierno se elegían a nobles y eclesiásticos mientras que para la administración se elegían letrados, de manera que se desarrolló una importante burocracia. Para llegar a entrar a este cuerpo burocrático existía la vía del clientelismo (para los que ya formaban parte del cuerpo) o enviando memoriales (para los que pretendían un oficio). 
Por un lado el rey delegaba su poder en los Consejos, que eran instituciones de carácter consultivo en un principio aunque terminaron siendo órganos con atribuciones legislativas, judiciales y ejecutivas que llevarán a construir un régimen de gobierno polisinodial que vivirá su ocaso en el siglo XVIII cuando se consolidarán los Ministerios.
Podemos destacar el Consejo Real de Castilla, el de Aragón, el Consejo de la Inquisición, el de Navarra, el Consejo de las Órdenes militares, el Consejo de Cruzada, etc.













Mapa de los territorios del rey de España Felipe II en 1598
   Territorios adscritos al Consejo de Castilla.
   Territorios adscritos al Consejo de Aragón.
   Territorios adscritos al Consejo de Portugal.
   Territorios adscritos al Consejo de Italia.
   Territorios adscritos al Consejo de Indias.
   Territorios adscritos al Consejo de Flandes abarcando los territorios disputados con las Provincias Unidas.

Por otro lado estaban los secretarios que se encargaban de trasladar las resoluciones tomadas en los Consejos y en la Juntas y daban a conocer la voluntad del rey. Existían secretarios de Estado, secretarios privados del rey y secretarios del Despacho Universal.
También eran muy importantes los oficiales públicos que auxiliaban al monarca y colaboraban con él en la función político-administrativa. El ejercicio de estos oficios estaba controlado por las visitas o pesquisas y los cargos podían ser a término (por un tiempo determinado), por vida (mientras durara la vida del beneficiado) o por juro de heredad (transmisión a herederos).
Por otro lado hay que destacar la importancia de los validos, que eran personas de la entera confianza del rey que desempeñaban sus mismas tareas en sustitución a este. Con el tiempo algunos de los validos obtenían el importante nombramiento de Primer Ministro.
En cuanto a la administración territorial, existían merindades, adelantamientos, gobernaciones y corregimientos, estos últimos llegaron a tener un papel destacado, tenían al frente al corregidor, oficial nombrado por el rey que desempeñaba funciones judiciales, de gobierno, administrativas, económicas y de milicia.
A modo de conclusión podemos decir que la Monarquía Hispánica estaba formada por muchos reinos en los que se respetaba los sistemas políticos y sociales, lenguas y costumbres aunque manteniendo un política exterior común a toda la monarquía y manteniendo un vínculo imprescindible para la supervivencia del imperio: la religión. 
La imposibilidad del rey de atender todos los asuntos lo llevó a delegar el poder en diferentes órganos de gobierno pero en ocasiones las responsabilidades de cada órgano no quedaban del todo claras aunque a pesar de ello el sistema polisinodial tuvo un gran despliegue y una larga duración y por tanto fue un gran sistema de organización.

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