El imperio otomano surgió en Asia menor, tiene su origen en la tribu de los osmalíes y se extendió desde el siglo XIV hasta principios del siglo XX. Se situaba en el sureste de Europa y el norte de África aunque en su época de máximo esplendor, entre los siglo XVI y XVII, llego a bañar Europa, Asia y África. El imperio turco, desde sus orígenes, fue conquistando paulatinamente los territorios de su alrededor hasta llegar a causar miedo a una conquista en occidente.
Con capital en Constantinopla, actual Estambul, la sociedad se dividía en una doble dualidad: por una parte la distinción entre militares, que formaban parte de la clase alta junto con el clero y la nobleza, y los no militares. En segundo lugar se distinguía entre musulmanes y no musulmanes a pesar de la supuesta gran tolerancia que reinaba en el imperio.
En lo relativo a la economía, cabe destacar el gran número de impuestos a los que la sociedad estaba sometida: impuesto sobre la tierra, impuesto por la práctica de una religión diferente a la musulmana, impuesto de aduanas o un impuesto semejante al diezmo entre otros.
Dentro del marco político se deben distinguir varios puntos: cohesión del imperio organización territorial, ejercito, sultanes, consejos y las guerras y conquistas.
La cohesión del imperio se debe a dos puntos esencialmente: la importancia del numeroso ejército y la organización territorial. Por una parte, el ejército, al servicio del sultán, estaba encabezado por los jenízaros (niños católicos arrancados de los brazos de sus familias para ser educados en el islam y destinados a formar la defensa personal del sultán, siendo así la cabeza del ejercito). Por otra parte, la organización del imperio se basaba en el pacto entre el sultán y las élites, formando una especie de provincias llamadas Sadjaks, gobernadas por Beys, miembros de grandes familias.
Como sultanes cabe destacar a: Osman I (1281-1326) con quien empieza la expansión del imperio otomano. Murad I (1359-1383) a quien se le atribuye el comienzo de la expansión por Europa y quien creó el cuerpo de los jenízaros. Mehmet II, el conquistador; su padre, Murat II le entregó el trono, desde donde se enfrentaría a la rebelión de los jenízaros, que pedían mayor sueldo. Tras el regreso de su padre al poder por ton solo un año, Mehmet II retoma el trono y conquista Constantinopla tras el asedio a la ciudad en 1453. Fallece dejando al imperio en su punto más alto.
Los sultanes estaban asesorados dos consejos: por una parte los Ulemas, que se encargaban de los temas religiosos, y por otra parte estaría el Diván, un consejo del estado, que se encargaba de los asuntos sociales.
Respecto a la conquista, se trataba de un traspaso de poder en último término, es decir, en lo relativo a la religión, se permitía el libre culto, a cambio del pago de impuestos. Es por esto que al principio de la entrada afirme que se trataba de una supuesta gran tolerancia, ya que no era una tolerancia total al obligar a pagar impuestos, sin embargo se trata de un adelanto a su tiempo. A pesar del pago de impuestos la sociedad otomana fue una mezcla de etnias y culturas.
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