Lo más impactante del Imperio Otomano es la libertad religiosa que se profesa en todo el territorio, aunque esta característica conlleva a su vez una discriminación, ya que la mejor valorada es el islam. Añadido a la religión como elemento de distinción, se añade la pertenencia a las clases altas de la sociedad, o por el contrario, a las bajas. Por tanto, existe una tolerancia religiosa, pero sigue existiendo una división de clases. Esta libertad religiosa añade un factor negativo, como es la escasa cohesión cultural y territorial, ya que no surge ese sentimiento de unidad que podía proporcionar la pertenencia a una misma religión. A pesar de la libertad en este aspecto, todos son esclavos del sultán. El caso más impactante se puede encontrar en el reclutamiento de la guardia personal del sultán, los jenízaros, que habiendo sido robados y separados de sus familias, son obligados a mostrar dedicación plena al sultán.
Relevante es, asimismo, la manera violenta respecto a la sucesión en el trono, como la inestabilidad añadida que provoca en los años previos a la muerte del sultán. Una vez que éste muere, los posibles descendientes luchan entre sí hasta que vence uno de ellos, el cual mata a los supervivientes con el fin de evitar futuros intentos de arrebatar el trono.
También es destacable que el sultán no concentra todo el poder, y debe, por tanto, contar con el apoyo y la aprobación por parte de dos organizaciones principales: los Ulemas y el Diván, instituciones que ayudan al sultán a debatir sobre los asuntos más importantes del imperio.
En cuanto al tema de trabajo, hemos elegido El desarrollo del Arte en el Mediterráneo en la Época Moderna y Contemporánea al ser el arte un elemento que forma parte de la Historia, que evoluciona y muestra la cultura, la influencia del momento histórico y los grandes acontecimientos de la sociedad.
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