Grupo
4
Imperio Otomano
06/03/2014
El imperio otomano tiene sus orígenes en la tribu Osmanlíes,
y puede caracterizarse por numerosos
aspectos, aspectos de los que destacamos: que fuese una potencia en su época;
que gozara de aceptación y de una gran economía; que fuera un crisol de culturas.Todo esto nos lleva a preguntarnos de qué modo lo
consiguieron, para ello debemos considerar que gozó de una elaborada política
de conquista y de mantenimiento del
poder.
Las familias que gozaban de poder antes de la llegada del
imperio se ponían bajo las órdenes del mismo, lo que garantizaba su estatus
social (Pacto entre el sultán y las élites). El sultán (máxima autoridad) con
ayuda de los Beys o pachás, mantenía el control del imperio, puesto que
designaba un Bey por cada Sandjaks (provincia); además, se estableció un
consejo de ministros que trataba asuntos civiles (Diván).
La idea de que el imperio otomano constituía un crisol de
culturas guarda estrecha relación con la
dualidad entre musulmanes y no musulmanes;
esto constituía un elemento de separación, porque esta supuesta tolerancia
religiosa era más bien una imposición “sutil” del poder (puesto que todos los
habitantes del imperio debían estar al servicio del sultán). La religión también
ocasionó una cohesión territorial laxa.
Nos llamó también la atención, la política de sucesión al
trono, que derivaba en guerras civiles, puesto que se constituían agrupaciones
que pretendían hacerse con el poder. Un claro ejemplo de esto se dio con Selim
I, que acabó con sus hermanos e hijos.
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