Lo más impactante del imperio Otomano es el aspecto de la multiculturalidad, la libertad de la que se gozaba para practicar cualquier religión, aunque la mayoritaria fuera el islam. Sin embargo, encontramos en esta libertad religiosa un claro factor negativo, la escasa cohesión cultural. Asimismo, la sumisión al sultán debía ser plena y conllevaba un pago de impuestos.
También destacamos la sucesión al trono por la cual
se protagonizaban cruentas batallas, llegando a matarse entre hermanos para
conseguir el ansiado poder. Tal era la rivalidad, que tras la lucha por el
trono, el vencedor asesinaba a los restantes descendientes para evitar futuros
intentos de arrebatarle el trono. Como consecuencia directa de estas batallas
por el poder, los periodos de inestabilidad se sucedían constantemente. Cabe
destacar, que a pesar de todos los periodos de inestabilidad, el imperio Otomano
duró bastante.
Como contraste con el punto anterior, a pesar de las
batallas por el poder (las cuales eran muy violentas) cuando conquistaban un
territorio mantenían los cargos de mandato del mismo, haciéndolos partícipes de
las decisiones que tomaba el imperio.
Por último, el tema que hemos elegido es el papel de
la mujer desde la edad moderna hasta la edad contemporánea, ya que nos parece
interesante la evolución que ha sufrido y su relevancia en la historia.
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