Con la llegada de la nueva dinastía al trono español,
también llegan las nuevas reformas urbanísticas a la capital.
Al tener procedencia francesa, todos los grandes palacios
borbónicos del siglo XVIII son al más puro estilo de Versalles: El Palacio de
la Granja, el de Oriente y el de Aranjuez son claros ejemplos de ello.
Pero curiosamente el Palacio Real o Palacio de Oriente no
fue una construcción planeada en teoría ya que donde fue construido, se situaba
el Alcázar de Madrid, edificación en la que hasta entonces habían vivido los
Austrias y que en la Nochebuena de 1734 fue destruido por un incendio que duró
cuatro días.
El Alcázar de Madrid tiene su nacimiento en el siglo IX con
el emir de Córdoba (Mohamed I). Posteriormente, los Trastámara realizaron
reformas del estilo andalusí.
Con Carlos V volvió a ser reformado, en este caso, de la
mano de Luis de Vega y Alonso de Covarrubias. Con la obra de estos, el Alcázar
tomó el carácter imperial digno de Carlos I de España y V de Alemania. En él
destacaban: los patios del Rey (antiguo patio de Armas) y de la Reina junto con
la capilla y la Gran Escalera que se situaban en medio de ambos patios.
Con el reinado de Felipe II se llevaron al cabo grandes
modificaciones ya que en 1561 se trasladó la capital de Toledo a Madrid: Se
construyó la Torre Dorada al estilo que más le gustaba al rey, con pizarra,
ladrillos y balconadas para divisar el río y la sierra. Además, en el exterior
norte se dispuso el Jardín de la Priora y el interior se proveyó con las
mejores obras pictóricas de la época.
En el Renacimiento, la fachada no cumplía las normas
arquitectónicas propias de la época y aunque Francisco de Mora realizó un
proyecto, finalmente fue Juan Gómez de Mora quien hizo posible el cambio en la
fachada y así la creación del Salón de los Espejos, las caballerizas reales, y
la sala de la Armería. Posteriormente, en el siglo XVII, la plaza que acontece
al alcázar será cerrada por unas galerías laterales.
El Alcázar de Madrid en 1700 |
El incendio comenzó en los aposentos donde dormitaba el
pintor de la Corte (en ese momento era Jean Ranc) y en cuestión de minutos, el
fuego se apoderó de todo el alcázar ya que este tenía cortinas que ardían con
facilidad así como los artesonados de madera.
Lo primero que se hizo, gracias a los religiosos de San Gil,
fue despertar a todos aquellos que estaban durmiendo y sacar todo lo posible
del ajuar de los reyes (diamantes, piezas de materiales preciosos, cuadros…).
Desgraciadamente, alrededor de 500 obras pictóricas
recopiladas desde el reino de Isabel I de Castilla se perdieron. Entre estas
adquisiciones había obras de autores como Tiziano, Tintoretto, Ribera, Durero, Van Eyck, Velázquez, Rubens…
Venus recreándose con el Amor y la Música de Tiziano |
La adoración de los Reyes Magos de Rubens
|
(Dos de los cuadros que se encontraban en el alcázar de
Madrid en el momento del incendio)
En el artículo de “El País”, que posteriormente cito, se
hace referencia a dos actos que llaman la atención: el desagrado de los
Borbones hacía un palacio austero como el Alcázar y la duración del incendio
por la desconfianza que tuvieron los monarcas hacia el pueblo madrileño ya que
pensaban que al ayudar a apagarlo podían saquear sus pertenecías, por eso sólo
ayudaron los frailes del monasterio de San Gil.
Tras cuatro días el fuego se extinguió y se empezaron las
búsquedas del resto de patrimonio Real que no había sido hallado.
Finalmente, se levantó el Palacio de Oriente en el solar
donde estaba construido el Alcázar de los Austrias. La construcción de este se
empezó tan sólo 4 años después de la mano de Filippo Juvara quien sería el
primero en proponer un palacio mucho más acorde con la época y al más puro del
estilo de Versalles que tanto gustaba a los borbones.
- Link en el que se relata de manera detallada el proceso del incendio: http://www.museoimaginado.com/NUEVO%20ALCAZAR/incendioalc%E1zar.htm
Bibliografía:
- http://elpais.com/diario/2006/10/09/madrid/1160393067_850215.html
- https://www.museodelprado.es/enciclopedia/enciclopedia-on-line/voz/alcazar-de-madrid-real/
Esta entrada, aunque subida por mí, ha sido realizada íntegramente por Ainoa Navarro Cembellín.
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