miércoles, 9 de abril de 2014

Del Alcázar de Madrid al Palacio de Oriente

Con la llegada de la nueva dinastía al trono español, también llegan las nuevas reformas urbanísticas a la capital.

Al tener procedencia francesa, todos los grandes palacios borbónicos del siglo XVIII son al más puro estilo de Versalles: El Palacio de la Granja, el de Oriente y el de Aranjuez son claros ejemplos de ello.

Pero curiosamente el Palacio Real o Palacio de Oriente no fue una construcción planeada en teoría ya que donde fue construido, se situaba el Alcázar de Madrid, edificación en la que hasta entonces habían vivido los Austrias y que en la Nochebuena de 1734 fue destruido por un incendio que duró cuatro días.

El Alcázar de Madrid tiene su nacimiento en el siglo IX con el emir de Córdoba (Mohamed I). Posteriormente, los Trastámara realizaron reformas del estilo andalusí.


Con Carlos V volvió a ser reformado, en este caso, de la mano de Luis de Vega y Alonso de Covarrubias. Con la obra de estos, el Alcázar tomó el carácter imperial digno de Carlos I de España y V de Alemania. En él destacaban: los patios del Rey (antiguo patio de Armas) y de la Reina junto con la capilla y la Gran Escalera que se situaban en medio de ambos patios.


Con el reinado de Felipe II se llevaron al cabo grandes modificaciones ya que en 1561 se trasladó la capital de Toledo a Madrid: Se construyó la Torre Dorada al estilo que más le gustaba al rey, con pizarra, ladrillos y balconadas para divisar el río y la sierra. Además, en el exterior norte se dispuso el Jardín de la Priora y el interior se proveyó con las mejores obras pictóricas de la época.
En el Renacimiento, la fachada no cumplía las normas arquitectónicas propias de la época y aunque Francisco de Mora realizó un proyecto, finalmente fue Juan Gómez de Mora quien hizo posible el cambio en la fachada y así la creación del Salón de los Espejos, las caballerizas reales, y la sala de la Armería. Posteriormente, en el siglo XVII, la plaza que acontece al alcázar será cerrada por unas galerías laterales.

Con la llegada de la dinastía borbónica y, en primera estancia, de Felipe V, se realizarían reformas para cambiar la sobriedad del alcázar de los Austrias por un estilo más afrancesado, es decir, con más luz o espacios más orientados hacia el exterior, paredes con espejos y decoración… Pero estas se vieron interrumpidas por el incendio de 1734.

El Alcázar de Madrid en 1700
El incendio comenzó en los aposentos donde dormitaba el pintor de la Corte (en ese momento era Jean Ranc) y en cuestión de minutos, el fuego se apoderó de todo el alcázar ya que este tenía cortinas que ardían con facilidad así como los artesonados de madera.

Lo primero que se hizo, gracias a los religiosos de San Gil, fue despertar a todos aquellos que estaban durmiendo y sacar todo lo posible del ajuar de los reyes (diamantes, piezas de materiales preciosos, cuadros…).

Desgraciadamente, alrededor de 500 obras pictóricas recopiladas desde el reino de Isabel I de Castilla se perdieron. Entre estas adquisiciones había obras de autores como Tiziano, Tintoretto, Ribera,  Durero, Van Eyck, Velázquez, Rubens… 

Venus recreándose con el Amor y la Música de Tiziano
La adoración de los Reyes Magos de Rubens
































(Dos de los cuadros que se encontraban en el alcázar de Madrid en el momento del incendio)
En el artículo de “El País”, que posteriormente cito, se hace referencia a dos actos que llaman la atención: el desagrado de los Borbones hacía un palacio austero como el Alcázar y la duración del incendio por la desconfianza que tuvieron los monarcas hacia el pueblo madrileño ya que pensaban que al ayudar a apagarlo podían saquear sus pertenecías, por eso sólo ayudaron los frailes del monasterio de San Gil.
Tras cuatro días el fuego se extinguió y se empezaron las búsquedas del resto de patrimonio Real que no había sido hallado.
Finalmente, se levantó el Palacio de Oriente en el solar donde estaba construido el Alcázar de los Austrias. La construcción de este se empezó tan sólo 4 años después de la mano de Filippo Juvara quien sería el primero en proponer un palacio mucho más acorde con la época y al más puro del estilo de Versalles que tanto gustaba a los borbones.




  •   Artículo en el que se detalla los planos del Alcázar de Madrid en el siglo XVIII



Bibliografía:


Esta entrada, aunque subida por mí, ha sido realizada íntegramente por Ainoa Navarro Cembellín.


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