jueves, 3 de abril de 2014

Reforma protestante y contrarreforma católica (apuntes de clase).



Apuntes 24/3/2014

LA REFORMA PROTESTANTE Y LA CONTRARREFORMA CATÓLICA.
La principal diferencia entre el catolicismo y el protestantismo  podría ser la influencia y la importancia del Papado y de los miembros de la Iglesia, ya que para los católicos es algo fundamental, y sin embargo en el protestantismo no se reconocen como tales dichas figuras eclesiásticas (como el Papa) y reserva la interpretación de las Sagradas Escrituras a cada uno y no a una interpretación común instituida por los miembros de la Iglesia.
Aparte de esto, existía desde la Edad Media una gran desconfianza por parte del pueblo hacia los miembros de la Iglesia, sobre todo por la corrupción que se daba entre ellos, así como una importante crisis de conciencia religiosa de la población basada en actos como la brujería o las supersticiones, que originaban una “angustia” en los cristianos.
Por este motivo se desarrolló a lo largo de los años siguientes la Devotio Moderna, entendida como una nueva forma de interpretar la fe en la que cada cual era libre de leer la Biblia e interpretarla libremente, proporcionándose así consuelo frente a temores como la muerte , por ejemplo. Además de esto, el auge de la imprenta ayudó a que las ideas de Martín Lutero —principal figura del protestantismo— fueran expandidas y estudiadas.
           
Todo esto llevó a que se iniciara una nueva corriente dentro del cristianismo, que fue el protestantismo. Sus pilares fundamentales fueron:
-Justificación por la fe à se le quita importancia a las obras frente a la fe, es decir, el hecho de arrepentirse en el lecho de muerte o de dar limosna, por ejemplo, no te acerca a la salvación, sino que eso solo lo puede hacer la fe personal de cada uno.
-Sacerdocio universal à si cada uno puede interpretar la Biblia a su manera, todos son “aptos”, de algún modo, para ser sacerdotes.
-Inutilidad de los sacramentos à el luteranismo tan solo reconoce como sacramentos el bautismo, la eucaristía  y, a veces, también el matrimonio.
-Consustanciación: el protestantismo considera que coexisten las sustancias del cuerpo y la sangre de Cristo con las del pan y el vino, es decir, que esta considera que en la eucaristía se encuentra de forma real Cristo en su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad.

Al margen de este movimiento surge también otro, cuyos miembros son conocidos con el nombre de anabaptistas, y que no se centran tanto en la teoría, sino que prefieren hacerlo en la práctica, sobre todo de una mayor igualdad social. Fue difundido por Sajonia y se fundamentaba en el Iluminismo Medieval, en la creencia en el fin del mundo, en el juicio final, en la constante presencia del Espíritu Santo… Y además eran partidarios de un segundo bautismo.

También nació el calvinismo (mezcla entre el luteranismo y creencias propias), cuyas bases fueron el rechazo de los sacramentos, la negación de la presencia real de Cristo en la Eucaristía, la justificación por la fe y la predestinación.
En el calvinismo, tiene menor peso el poder civil frente al religioso, que se impone al primero.

Tras esto, una serie de actos en Inglaterra propiciaron “el cisma inglés”, también conocido como anglicanismo. Este movimiento tiene su inicio en un rey y no en un reformador. Éste, Enrique VIII, se opuso al luteranismo, pero no al catolicismo. Su hijo Eduardo VI evolucionó al calvinismo, pero su sucesora, María Tudor, supuso un cambio al catolicismo más conservador al casarse con Felipe II de España.

Todo esto, sumado al clima de crisis de la sociedad, desembocó en una “contrarreforma” de la Iglesia católica, aunque dicho término no es demasiado apropiado ya que no solo fue una respuesta al protestantismo y demás movimientos, sino también una renovación del propio catolicismo que pretendía acabar con esa angustia de entonces. Desde este momento surgieron nuevas órdenes religiosas, entre las que destacaron los jesuitas, que defendieron la castidad y la humildad como forma de vida.
Se llegó, entonces, al Concilio de Trento, que proponía una renovación del clero en la que los curas conocieran bien la doctrina que predicaban, así como a un intento de unión entre católicos y protestantes bajo el Papado.
Entre las consecuencias más importantes de este concilio se encuentra el desarrollo de formas típicas de religiosidad, abundantes predicaciones y misiones; pero espíritu del concilio se fue diluyendo tras el nacimiento de nuevas corrientes filosóficas, como fueron el racionalismo, el empirismo o el jansenismo.



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