El reinado de Isabel II es el período de la historia contemporánea de España comprendido entre la muerte de Fernando VII en 1833 y el triunfo de la Revolución de 1868 que obligó a la reina al exilio.
A la muerte de Fernando VII, Isabel quedaba como heredera de la corona pero debido a su minoría de edad, la esposa del ya fallecido Fernando, María Cristina asume la regencia con el apoyo de los liberales, en nombre de su hija y futura reina, Isabel II. En ese momento entra en conflicto con Carlos María Isidro de Borbón que aspiraba al trono en virtud de una pretendida vigencia de la Ley Sálica, y que anteriormente había intentado proclamarse rey. Debido a este conflicto, llevaron al país a la Primera Guerra Carlista que enfrentaba por un lado a los liberales defensores de Isabel, también conocidos como 'Isabelinos'; contra los carlistas que apoyaban el reinado de Carlos María Isidro de Borbón; tras la breve regencia de Espartero que sucedió a María Cristina, Isabel II fue proclamada mayor de edad con sólo trece años por resolución de las Cortes Generales en 1843. Así comenzó el reinado efectivo de Isabel II que puede dividirse en cuatro períodos: la década moderada (1844-1854); el Bienio progresista (1854-1856); la etapa de los gobiernos de la Unión Liberal(1856-1863), precedidos por dos años de gobiernos moderados ("Bienio moderado", 1854-1856); y la crisis final(1863-1868).
El reinado de Isabel II se caracterizó por un intento modernizador de España que se vio contenido, sin embargo, por las tensiones internas de los liberales, la presión que siguieron ejerciendo los partidarios del absolutismo más o menos moderado, los gobiernos totalmente influidos por el estamento militar y el fracaso final ante las dificultades económicas y la decadencia de la Unión Liberal que llevaron a España a la experiencia del Sexenio Democrático.
También influyó en el reinado la personalidad de la Reina, que estaba presionada en todo momento por la Corte, lo que impidió que se reafirmase el tránsito del Antiguo Régimen al Estado Liberal, por lo que España llegó al último tercio del siglo XIX en condiciones desfavorables respecto a otras potencias europeas de aquella época.
Irene Silvia Conesa Retamal
Entrada que recuerda en demasía a otras páginas de internet y que, por tanto, no puedo dar por válida.
ResponderEliminarAtentamente,
David Alonso