viernes, 18 de abril de 2014

LAS CULTURAS BURGUESA Y OBRERA

A pesar del relativo retraso de España, respecto de otros países de su entorno, desde mediados del siglo XIX la emergente sociedad industrial fue el escenario para que se desarrollase la creciente dualidad entre burguesía y proletariado. Se puede aseverar que, en paralelo, nacieron dos formas contrapuestas de concebir la sociedad, la propia de la ascendente burguesia, imbuida por los usos propios de otras sociedades burguesas europeas y receptora de las nuevas corrientes culturales y filosóficas, y la correspondiente con el mundo obrero, cada vez más sensibilizado con la necesidad de modificar las relaciones sociales y con una creciente militancia en ideologías y partidos surgidos desde mediados de siglo.

El romanticismo

Entre 1830 y 1850 se desarrolló la cultura romántica, que contraponía al Neoclasicismo la reivindicación del lado emocional y de la libertad del individuo. El Romanticismo había nacido como expresión cultural del nacionalismo propio del siglo XIX, de modo que, igual que dentro del nacionalismo habían surgido dos corrientes (una vinculada al liberalismo y al concepto de soberanía nacional, y por tanto de carácter democrático, y otra relacionada con una concepción orgánica y ancestral de la nación y, por consiguiente, con un marcado matiz conservador), se puede diferenciar entre un Romanticismo cuya temática se relaciona con la primera concepción y otro que busca su fuente de inspiración en la segunda.

En España, el regreso del exilio de personalidades como el Duque de Rivas, Martinez de la Rosa y Espronceda fue clave para la irrupción de la estética romántica y para su identificación con la implantación del Estado liberal.

El positivismo como reflejo de la sociedad burguesa

En 1844, Aguste Comte publicaba “Discurso sobre el espíritu positivo”, obra clave para la difusión del positivismo. Esta corriente científica y filosófica sirvió para proclamar la idea de progreso como objetivo de la humanidad y a la ciencia como principal aliado.
Una burguesia europea, complacida por su nueva condición preponderante, halló en el discurso positivista un elemento de identificación triunfalista.
Las tertulias fueron un espacio de producción cultural. Empezaron a surgir durante el Trienio Constitucional y resurgieron en los años 30. A ellas acudieron los principales escritores románticos. El café El Parnasillo fue su emblema.
También aparecieron los ateneos, las sociedades de debate, y en el Circulo Filosófico tuvieron lugar los primeros debates sobre krausismo.

Este nuevo ambiente encontró su reflejo en la aprobación durante la Primera República del Plan Chao, de 1873, en el que se ponía de manifiesto el renovado interés por las ciencias naturales y su carácter experimental.


La aparición de la cultura obrera

En Europa, el discurso romántico se agotó tras las revoluciones de 1848. La alianza entre la burguesía y los sectores populares en contra del Antiguo Régimen quedó superada.
De la frustración de 1848 comenzó a germinar la cultura democrática y social, en la que la cultura popular ensanchó sus horizontes para incorporar la idea de una postura militante, ligada a las clases trabajadoras urbanas.
Conducidas por demócratas y republicanos surgieron múltiples asociaciones culturales, cuyo fin era convertir a las masas populares en ciudadanos.


La irrupción del movimiento obrero

En el Sexenio Democrático desembarcó en España la internacional obrera de la mano del pensamiento de Bakunin. El bakunismo pronto prendió en los campesinos . En mayo de 1869 los obreros de Barcelona formaron la primera sección de la AIT en España. En 1872 los tipógrafos madrileños establecieron el primer núcleo del marxismo español, que en 1879 dio origen al nacimiento del PSOE.

Empezó a tomar cuerpo así una cultura obrera autónoma. Fue el punto de partida del movimiento obrero español. Durante el último tercio del siglo XIX esta cultura se expresó en ámbitos ideológicos diferentes y contrapuestos:

  • El republicanismo. Un sector del republicanismo en España estaba impregnado de las ideas de la Internacional
  • Bakunistas y marxistas establecieron un debate, acentuado después de la ruptura de la AIT en 1872.

Durante el Sexenio se publicaron los primeros periódicos del movimiento obrero, La Emancipación, La Solidaridad, El Condenado y La Federación.




Bibliografía:
  • Apuntes de segundo de bachillerato
  • "Historia de España 2" (A. Bahamonde & L.E. Otero) Ed: SM

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