martes, 29 de abril de 2014

LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

La revolución industrial se inició aproximadamente en la segunda mitad del siglo XVII. Sin embargo, no es posible datar con exactitud cuándo comienza el proceso, algunos historiadores dan como fecha 1740 y otros 1780. Lo que sí está claro es que la cuna de la revolución industrial se dio lugar en Gran Bretaña. Este país fomentaba este tipo de prácticas y así logro convertirse en el país de referencia europeo, siendo el más moderno del momento.
Un dato importante a destacar es, que la revolución industrial no fue realmente una revolución, sino que fue un proceso que se llevó a cabo lentamente. Tampoco fue únicamente industrial, los cambios también se produjeron en la agricultura, la cultura, la sociedad y la demografía.

En cuanto a la demografía, se pasó de un sistema demográfico del antiguo régimen, caracterizado por altas tasas de mortalidad y altas tasas de natalidad debido a la escasez de higiene, la poca evolución de la medicina y el desconocimiento en cuanto a formas saludables de vida, como por ejemplo la alimentación. Durante la revolución industrial se vivió un incremento espectacular de la población, debido fundamentalmente a la caída de la tasa de mortalidad provocada por la mejora de las condiciones higiénicas, sanitarias y alimenticias que se plasmó en gran medida en la reducción de la mortandad infantil. En este periodo nacen las primeras vacunaciones y se mejoran los sistemas de alcantarillado y de depuración de aguas residuales. La  alimentación comienza a ser más abundante y regular a causa de no estar sometida a las fluctuaciones de las cosechas bajo la incidencia de las epidemias. También es importante destacar los movimientos migratorios, hubo un gran éxodo rural que dio lugar a grandes diferencias entre pueblos y ciudades y se llevaron a cabo numerosas migraciones internacionales.

La cultura y la sociedad del momento sufrieron grandes cambios durante este periodo. La sociedad aumentó considerablemente y comenzó a ser más culta debido al impulso de la ciencia. En esta época, nace la cuestión social y se crean nuevos grupos sociales como el proletariado urbano que como consecuencia de la revolución agrícola y demográfica, se produjo un éxodo masivo de campesinos hacia las ciudades; el antiguo agricultor se convirtió en obrero industrial. También nace la burguesía industrial como contraste al proletariado industrial y se fortaleció el poder económico y social de los grandes empresarios, afianzando de este modo el sistema económico capitalista.
Sobre la agricultura se puede decir que tuvo una revolución paralela a la industrial. Se dio lugar a un incremento de la productividad gracias a cambios como la sustitución del barbecho, la introducción de nuevos cultivos, la selección de semillas y cambios en la cría del ganado. También se utilizó nuevo instrumental agrícola, se comenzaron a utilizar los abonos, hubo numerosos avances en ingeniería, los enclosures, y la ampliación de tierras cultivables. Todo esto propició la gran mejora de la agricultura y su revolución.

La economía fue un factor muy importante para el desarrollo de la industria. Surgió un nuevo sistema económico denominado capitalista, caracterizado por la propiedad privada de los medios de producción y la regulación de los precios por el mercado, de acuerdo con la oferta y la demanda.

Todos estos cambios en los distintos ámbitos dieron lugar a una transición que acabaría con siglos de una mano de obra basada en el trabajo manual y el uso de la tracción animal siendo estos sustituidos por maquinaria para la fabricación industrial y el transporte de mercancías y pasajeros. Esta transición se inició a finales del siglo XVIII en la industria textil y la extracción y utilización de carbón. La expansión del comercio fue posible gracias al desarrollo de las comunicaciones con la construcción de vías férreas, canales o carreteras. El paso de una economía fundamentalmente agrícola a una economía industrial influyó sobremanera en la población, que experimentó un rápido crecimiento sobre todo en el ámbito urbano. La introducción de la máquina de vapor de James Watt en las distintas industrias fue el paso definitivo en el éxito de esta revolución, pues su uso significó un aumento espectacular de la capacidad de producción. Más tarde el desarrollo de los barcos y ferrocarriles a vapor así como el desarrollo en la segunda mitad del XIX del motor de combustión interna y la energía eléctrica supusieron un progreso tecnológico sin precedentes. El nacimiento de nuevos grupos sociales que dividían más aun la sociedad dio pie al desarrollo de problemas sociales y laborales, revoluciones y nuevas ideologías que propugnaban y demandaban una mejora de las condiciones de vida de las clases populares como el sindicalismo, el socialismo, el anarquismo o el comunismo.

Para finalizar cabe destacar las principales características de la revolución industrial. El predominio de la industria textil con el algodón y la materia prima barata, la importancia de la protoindustria, la concentración de la producción en regiones reducidas, la renovación continúa de las técnicas, la producción en cadena, la importancia del comercio y del mercado y la necesidad de capitales.

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