miércoles, 2 de abril de 2014

La reforma protestante y la contrarreforma católica. Henar Martín, Grupo 14

LAS REFORMAS RADICALES

                Debido a la inestable situación de los estados alemanes y a las ideas reformistas, surgieron una serie de reformas que podríamos denominar radicales y que serían perseguidas por unos y por otros.

                Una de estas reformas es la llamada Guerra de los Caballeros. Una de las causas de esta guerra fue el empobrecimiento de la baja nobleza ciudadana, que tomaba ideas de Lutero como el antipapismo, el nacionalismo germano o el anticlericalismo. Pero sin duda la figura más importante fue Hutten, que propició la guerra con ideas como la del Emperador como encargado de las reformas en el Imperio o la lucha contra los príncipes eclesiátiasticos, a quienes consideraba enemigos naturales de los caballeros y de la burguesía. Impulsado por esta última, Sickingen inició una guerra contra el arzobispado de Treveris. Sin embargo, los atacantes fueron derrotados y el ejército perseguido.
               
                Entre 1524 y 1525 tuvo lugar la Revolución o Guerra de los Campesinos que consistió en una serie de revueltas por gran parte del Imperio. Los campesinos, burgueses y otros grupos urbanos se apoyaron en ideólogos como Bordenstein, Gaismair o Muntzer. Este último es de gran importancia ya que es quien establece el oficio en lengua alemana, adapta los salmos al pueblo… Muntzer consideraba a Lutero adulador de príncipes y fue uno de los principales impulsores de la guerra.
                Lotzer y Hipler publicaron los Doce Artículos donde se recogían las reivindicaciones de los campesinos (supresión de diezmo e impuestos, la libre utilización de bosques y ríos para la caza y la pesca, la libertad religiosa a fin de acabar con la opresión eclesiástica y señorial, etc.).
                Todas estas ideas fueron las que respaldaron una serie de movimientos subversivos y violentos que Lutero trató de impedir. Sin embargo, sus intentos no obtuvieron resultado y poco después publicó un manifiesto en el que instaba a los príncipes a perseguir a los revolucionarios y a acabar con las revueltas. El fin de la guerra dejó un gran número de campesinos muertos y la decapitación de Muntzer.

                Por último, surgió en el imperio el Anabaptismo. Este no estaba relacionado con Lutero, sino que era un movimiento colateral al mismo. Podemos decir que tuvo sus orígenes en Suiza y en  el zwuinglianismo y abogaba por una sociedad sin Iglesia, ni Estado, ni jerarquía, ni sacramentos, ni instituciones, ni propiedad privada, es decir, la vuelta a una comunidad primitiva ideal. Este movimiento, a pesar de estar muy extendido, tuvo su máxima expresión en la cuidad de Münster. Esta, llamada ahora “Nueva Sión” por Leyden que seguía una dictadura de carácter teocrático. En esta sociedad no existía la propiedad privada, se erradicó el dinero, se aceptaba la poligamia y la vida cotidiana era muy controlada. Ellos mismos se consideraban la “nueva Jerusalén” y reprimían duramente a aquellos que no simpatizasen con su ideología o que no se integrase.

                En respuesta, el obispo de Münster junto con la tropas imperiales atacó la cuidad y la recuperó e inició una dura represión contra los derrotados. Como última putualización es necesario decir que el anabaptismo se perpetúa en el tiempo, pero de manera más pacífica y mucho menos radical.

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