martes, 29 de abril de 2014

Exilio Republicano: Los campos de concentración franceses

Más de medio millón de personas, entre ellas niños, ancianos, enfermos y heridos, buscaron refugio en Francia, creando una serie de problemas de abastecimiento y asilo, así como problemas sanitarios y de orden público. Los pueblos del sudoeste de Francia  se solidarizaron con  los refugiados españoles , dejando a un lado las ideologías. Sin embargo con respecto a las  autoridades, las opiniones son diversas.
En noviembre de 1938 el gobierno francés promulgó un Decreto Ley en el que se mencionaba a los exiliados republicanos y que tenía como objetivo su expulsión.
El 5 de febrero de 1939 presionado por la opinión pública, el gobierno francés ,que había ordenado impedir el paso de los refugiados bloqueando la frontera, permitió finalmente la entrada a los exiliados.
Pero mientras los españoles esperaban en la frontera el paso a lo que ellos creían que sería su salvación, la muerte sesgó más de una vida, debido al  hambre, a enfermedades, incluso heridas...
Una vez pasada la frontera, el gobierno francés separó a los refugiados,  a hombres de las mujeres , oficiales de la tropa. Algunos fueron maltratados, y todos mal alimentados y concentrados en zonas descampadas y alambradas, que eran vigiladas por soldados coloniales marroquíes y senegaleses , zonas que fueron planteadas como “campos de internamiento para refugiados” y que se distribuyeron por todo el país.






























El primer centro para acoger a los refugiados españoles se estableció en Enero de 1939 en Rieucros. Poco después, estos "estacionamientos temporales" `pasaron a ser "reclusión administrativa" de esta forma a penas pasado el tiempo se instalaron el resto de los campos de internamiento. Entre Marzo y Abril de 1939 se dispuso de seis centros cerca de los Pirineos Orientales para la reclusión de milicianos. A estos centros de internamiento se sumaron otros como Argèles-sur-Mer,Saint-CyprenPrats-de-Molló y otros más pequeños como Gurs , Noé y Barcarès .
Al ordenar la construcción del campo de Argelès (una playa junto al mar, convertida en campo de concentración) el Ministro del Interior francés, Albert Sarraut lo denominó "campo de concentración que no penitenciario", se cuentan aproximadamente 80.000 los refugiados que aguantaron las precarias condiciones de este campo .Carecían de comida e incluso de agua, ni lo más elemental para los seres humanos, estaban confinados entre alambradas y  nada puede hacer el hombre por su propia vida en una situación así, excepto no desesperar y reunir todas sus energías para seguir adelante, sin embargo, aunque es cierto que es posible resistir sin comer  días enteros, sin beber, la muerte llega pronto. En este campo se llegó incluso a la cifra de 25 muertos diarios. Un verdadero horror para los españoles exiliados que fueron abandonados por el gobierno Francés.
A pesar de las duras condiciones los españoles seguían unidos y se solidarizaban unos con otros, con el gesto del puño en alto, los refugiados respondían a los maltratos y a las severas condiciones de vida en el campo de concentración. Los casos de solidaridad se daban por ejemplo en un médico español  ,que se encontraba en el campo de Argelès, quien intentaba ,como podía ,atender a los enfermos con aspirinas y caldo de pollo como únicos medicamentos, lo cual no era muy efectivo contra las enfermedades que se daban en el campo (neumonía, tuberculosis, pulmonía...), o  cuando, las mujeres se rebelaban para defender a los hombres que eran forzados a trabajar, a pesar de los castigos que ellas sufrían por esto.
En marzo del 39,el fotógrafo Robert Capa  visitó el campo de concentración de Argelès, en el que había encerrados más de 80.000 españoles. Lo que el fotógrafo comentó tras presenciarlo  fue lo siguiente:
"...un infierno sobre la arena: los hombres allí sobreviven bajo tiendas de fortuna y chozas de paja que ofrecen una miserable protección contra la arena y el viento. Para coronar todo ello, no hay agua potable, sino el agua salobre extraída de agujeros cavados en la arena"

 Como conclusión me gustaría añadir un testimonio de Nemesio Raposo, quien experimentó en primera persona el confinamiento en el campo de Argelès:
" Fueron muchas las familias españolas que buscaron asilo en la vecina Francia. La tragedia de esas familias es un episodio importante en la historia de los republicanos españoles, en un país donde el respeto a la familia está altamente desarrollado. Han pasado más de 30 años y muchas familias siguen recordando, quizá aún esperando, al hombre que las sostenía con amor y del que nunca más supieron. Y es que muchos españoles murieron víctimas de la guerra, o perecieron de privaciones, dolor y amargura, lejos de los suyos. Sin embargo casi todos los protagonistas de la tragedia francesa han olvidado las penalidades de los campos de concentración; y es que olvidar y disculpar tiene el mismo significado."




Clara Jiménez Enciso 

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