Blas Infante nació en Casares, Málaga, en 1885, en el seno
de una familia acomodada. Realizó las pruebas de ingreso para estudiar el
bachillerato en el instituto de Cabra y cursó el bachiller en Archidona.
En la Universidad de Granada cursó la carrera de Derecho y
poco después obtuvo plaza como notario. Desde su adolescencia se sintió
impresionado por las difíciles condiciones de vida de los jornaleros y sus
familias. También de sus años de estudiante en Granada nace su interés por la
historia y la cultura andaluzas que Blas Infante consideraba muy ligadas a los
esplendores andalusíes.
Viviendo en Sevilla participó activamente en la vida
cultural de la ciudad y fue miembro activo del Ateneo. Aquí entró en contacto
con el georgismo y los primeros planteamientos del andalucismo, centrados en la
mejora de las condiciones materiales de los andaluces y en exaltar la cultura y
la historia de Andalucía como algo propio y genuino de los andaluces. Impulsó
el andalucismo, planteando la necesidad de una toma de conciencia, cuyos
planteamientos expondrá en el Ideal Andaluz. Participó activamente en la vida política
de su tiempo, aunque nunca creó un partido andalucista. Cuando acudió a las
contiendas electorales, lo hizo integrándose en alguna de las candidaturas
republicanas que, en parte, se identificaban con el ideario andalucista.
Ninguno de sus intentos le permitió llegar a ser diputado.
Iniciada la Guerra Civil, fue detenido el 2 de agosto,
considerado impulsor de un partido separatista, a pesar que en su libro “La
verdad sobre el complot de Tablada y el Estado libre de Andalucía”, afirmó con
rotundidad que no se trataba de un planteamiento separatista porque “Andalucía
no puede llegar a ser jamás separatista de España, porque es la esencia de
España”. Fue fusilado el 10 de agosto de 1936. Tras la dictadura franquista su
figura fue reivindicada y hoy es considerado como el padre del andalucismo y de
la patria andaluza.
María José Marchal Martínez
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