LA
IMPORTANCIA DE LA PRESERVACIÓN DEL PATRIMONIO ARTÍSTICO TOLEDANO:
Exposición “El Griego de Toledo”
Con motivo de mi última visita a
Toledo y en concreto a la exposición del Greco, que ha
abierto por primera vez sus puertas este año en dicha ciudad,
debido al IV centenario de este autor, me gustaría destacar la
importancia del legado artístico de esta ciudad y con ello las
acciones y políticas que se llevaron a cabo durante la Guerra Civil
para conservarlas, ya que si el interés por su preservación no
hubiera sido tal, en la actualidad no podríamos disfrutar de
numerosas obras tanto de este artista en particular como de muchos
otros.
Para reflejar esta realidad me
gustaría rememorar el pasado histórico de dicho lugar durante el
importante acontecimiento bélico, que forma parte de la historia
mediterránea y en concreto de la española, como es La Guerra
Civil.
Basándome en diversas fuentes he
podido conocer que según relatan diversos autores Toledo sirvió
durante agosto de 1936, y más concretamente su famoso Alcázar,
como lugar en el que tuvo lugar el “fuego cruzado” entre los
bandos nacionalistas y republicanos. Las autoridades civiles en este
momento debatían sobre la mejor manera de conservar las numerosas
obras de arte de gran valor que se encontraban en iglesias, en “la
casa del Greco” etc… En esos momentos se liberó una importante
Batalla propagandística, que tenía como objetivo atribuir a
uno de los dos bandos los méritos de dicha preservación. Como
podréis imaginar en este punto no se trataba tan sólo de plasmar
los hechos verosímiles sin más, sino que cada bando pretendía
atribuirse a sí mismo dichas acciones como fuese (para ganarse el
prestigio social que esto supondría).
En lo que respecta a la actualidad
poseemos múltiples datos fiables de las acciones del bando
nacionalista, ya que fue este el que salió victorioso del conflicto,
mientras que desde el bando republicano podemos apreciar una escasa
información, aunque si es verdad que se ha confirmado que el
patrimonio artístico no fue objeto de intervenciones a gran escala
por parte de las autoridades republicanas durante los dos meses de
guerra que tuvieron la ciudad en su poder. Existen innumerables
testimonios de la profunda preocupación que suscitaba su suerte,
pero esta preocupación no llegó a materializarse en grandes
operaciones de evacuación o de protección debido con toda seguridad
a la confluencia de dos factores: que desde el principio se daba por
inminente la caída del Alcázar y que la ciudad estaba controlada en
realidad por las milicias anarquistas, con un Comité de Defensa poco
dispuesto a acatar las órdenes de Madrid y que, según numerosos
autores, tenía virtualmente acorralado al Gobernador Civil.
Además igual que sucedió en otras
muchas ciudades de la zona republicana, en Toledo se había formado,
cuando comenzó la guerra, una Comisión de Defensa del Tesoro
Artístico, pero ésta se disolvió rápidamente, sin llegar a
realizar una gran labor, debido a los enfrentamientos con los
anarquistas que sufrió el Comité de Defensa. Llegados a este punto
entraría en escena el propio Josep Renau Berenguer ya que fue
nombrado Director General de Bellas Artes, y por tanto fue enviado a
Toledo por el Consejo de Ministros a mediados de septiembre, con
varios encargos que llevar a cabo, entre los que estarían:
Reunir una información lo más completa posible sobre el estado
actual de las obras de arte y objetos artísticos e históricos de
primer orden de la ciudad de Toledo, posteriormente considerar la
posibilidad de evacuación preventiva y provisional de las más
importantes de entre estas obras y objetos preciosos a lugares
seguros de la retaguardia y por último decidir y tomar medidas de
protección y defensa de las obras y monumentos artísticos más
amenazados por las operaciones militares del momento. Renau debió
superar numerosas trabas que le pusieron los distintos órganos
administrativos de la ciudad, pero finalmente las consiguió superar
con relativo éxito. Cuando el 27 de septiembre los republicanos
evacuaron Toledo ante los primeros ataques de las tropas
nacionalistas, apenas se llevaron obras de arte. Pero anteriormente
cabe mencionar, que habían sido sacadas una serie de obras en una
operación en la que los nacionalistas decidieron salvar (los
intereses personales podían ser muy diversos) en ocho o nueve cajas
y siguiendo una orden verbal de José Giral, Presidente del Consejo
de Ministros, se envió a Madrid una parte del tesoro de la Catedral
y además se evacuaron 171 piezas del Museo de Santa Cruz, un
conjunto importante de manuscritos y documentos procedentes de la
Catedral, de gran valor. Por consiguiente el sitio, que había
sufrido el Alcázar provocó la destrucción de éste, además del
deterioro de los edificios de la Plaza de Zocodover y de la célebre
Posada de la Sangre. También sufrieron graves daños el Hospital de
Santa Cruz -convertido a la vez en cuartel y hospital y con las obras
de arte del Museo expuestas al maltrato de los republicanos y a los
continuos bombardeos desde el Alcázar y la Puerta del Cambrón.
Realmente ningún otro edificio de verdadera importancia monumental
había sufrió daños considerables como consecuencia del
enfrentamiento bélico, aunque sí que es verdad que la exposición a
explosiones a la que las infraestructuras se habían visto expuestas
deterioró (aunque no demasiado) las mismas. Por desgracia a partir
de octubre de 1936 las destrucciones -aunque ya muy atenuadas-
seguirían produciéndose como consecuencia de tres causas
principalmente: los efectos retardados de daños producidos durante
el sitio del Alcázar, los destrozos producidos por bombardeos de la
aviación republicana y los debidos a la utilización de edificios
monumentales como cuarteles o depósitos de materiales de las tropas
franquistas.
Toledo se convirtió en uno de los
lugares en los que el Servicio Artístico de Vanguardia más actuó
( organismo creado en enero de 1937 dentro de la Comisión de Cultura
y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado nacionalista) y dirigida
por Villanueva; aunque sí que es verdad que en muchos monumentos las
restauraciones fueron mínimas a excepción de la catedral (que fue
una de las obras más deterioradas y por consiguiente uno de los
monumentos que recibió una mayor atención), todo ello se debido a
la falta de presupuesto.
Una de las mayores preocupaciones
del momento era proteger el cuadro de El Entierro del Conde de
Orgaz, del Greco, autor protagonista en este caso. Finalmente
tras muchas problemáticas se decidió protegerlo de manera un tanto
precaria , debido a los continuos problemas que provocaba el escaso
capital del que se disponía; en la actualidad se encuentra en el
mismo lugar para el que fue pintado, que es en la parroquia de Santo
Tomé de Toledo.
Por otro lado
me gustaría destacar el buen estado en el que se encuentran las
pinturas expuestas actualmente en la exposición que ya he
mencionado al comienzo (ubicada en la capilla de Santa Cruz
principalmente, además de en otros muchos lugares emblemáticos de
la ciudad), en la que se muestran al público por primera vez
“juntas”, más de cien obras pictóricas de este prestigioso
autor, en múltiples ocasiones procedentes de otros lugares del
mundo.
Como conclusión me gustaría
resaltar el importante papel de ambos bandos, durante la guerra
civil, que ha permitido que se conserve la gran mayoría tanto de
obras pictóricas de la ciudad así como sus principales monumentos
emblemáticos. También me gustaría llamar la atención sobre las
múltiples ayudas financieras que se han destinado al cuidado y
restauración de las mismas, que han hecho posible que una ciudad como
es Toledo, se convierta en patrimonio de la humanidad, superando así todo los obstáculos de su historia..
Por si a alguien le interesa visitar
Toledo y en concreto esta exposición podéis consultar el siguiente
enlace: http://www.elgreco2014.com/#!el-griego-de-toledo/c1sbg
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