viernes, 23 de mayo de 2014

LA IMPORTANCIA DE LA PRESERVACIÓN DEL PATRIMONIO ARTÍSTICO TOLEDANO

LA IMPORTANCIA DE LA PRESERVACIÓN DEL PATRIMONIO ARTÍSTICO TOLEDANO: Exposición “El Griego de Toledo”
Con motivo de mi última visita a Toledo y en concreto a la exposición del Greco, que ha abierto por primera vez sus puertas este año en dicha ciudad, debido al IV centenario de este autor, me gustaría destacar la importancia del legado artístico de esta ciudad y con ello las acciones y políticas que se llevaron a cabo durante la Guerra Civil para conservarlas, ya que si el interés por su preservación no hubiera sido tal, en la actualidad no podríamos disfrutar de numerosas obras tanto de este artista en particular como de muchos otros.
Para reflejar esta realidad me gustaría rememorar el pasado histórico de dicho lugar durante el importante acontecimiento bélico, que forma parte de la historia mediterránea y en concreto de la española, como es La Guerra Civil.
Basándome en diversas fuentes he podido conocer que según relatan diversos autores Toledo sirvió durante agosto de 1936, y más concretamente su famoso Alcázar, como lugar en el que tuvo lugar el “fuego cruzado” entre los bandos nacionalistas y republicanos. Las autoridades civiles en este momento debatían sobre la mejor manera de conservar las numerosas obras de arte de gran valor que se encontraban en iglesias, en “la casa del Greco” etc… En esos momentos se liberó una importante Batalla propagandística, que tenía como objetivo atribuir a uno de los dos bandos los méritos de dicha preservación. Como podréis imaginar en este punto no se trataba tan sólo de plasmar los hechos verosímiles sin más, sino que cada bando pretendía atribuirse a sí mismo dichas acciones como fuese (para ganarse el prestigio social que esto supondría).
En lo que respecta a la actualidad poseemos múltiples datos fiables de las acciones del bando nacionalista, ya que fue este el que salió victorioso del conflicto, mientras que desde el bando republicano podemos apreciar una escasa información, aunque si es verdad que se ha confirmado que el patrimonio artístico no fue objeto de intervenciones a gran escala por parte de las autoridades republicanas durante los dos meses de guerra que tuvieron la ciudad en su poder. Existen innumerables testimonios de la profunda preocupación que suscitaba su suerte, pero esta preocupación no llegó a materializarse en grandes operaciones de evacuación o de protección debido con toda seguridad a la confluencia de dos factores: que desde el principio se daba por inminente la caída del Alcázar y que la ciudad estaba controlada en realidad por las milicias anarquistas, con un Comité de Defensa poco dispuesto a acatar las órdenes de Madrid y que, según numerosos autores, tenía virtualmente acorralado al Gobernador Civil.

Además igual que sucedió en otras muchas ciudades de la zona republicana, en Toledo se había formado, cuando comenzó la guerra, una Comisión de Defensa del Tesoro Artístico, pero ésta se disolvió rápidamente, sin llegar a realizar una gran labor, debido a los enfrentamientos con los anarquistas que sufrió el Comité de Defensa. Llegados a este punto entraría en escena el propio Josep Renau Berenguer ya que fue nombrado Director General de Bellas Artes, y por tanto fue enviado a Toledo por el Consejo de Ministros a mediados de septiembre, con varios encargos que llevar a cabo, entre los que estarían: Reunir una información lo más completa posible sobre el estado actual de las obras de arte y objetos artísticos e históricos de primer orden de la ciudad de Toledo, posteriormente considerar la posibilidad de evacuación preventiva y provisional de las más importantes de entre estas obras y objetos preciosos a lugares seguros de la retaguardia y por último decidir y tomar medidas de protección y defensa de las obras y monumentos artísticos más amenazados por las operaciones militares del momento. Renau debió superar numerosas trabas que le pusieron los distintos órganos administrativos de la ciudad, pero finalmente las consiguió superar con relativo éxito. Cuando el 27 de septiembre los republicanos evacuaron Toledo ante los primeros ataques de las tropas nacionalistas, apenas se llevaron obras de arte. Pero anteriormente cabe mencionar, que habían sido sacadas una serie de obras en una operación en la que los nacionalistas decidieron salvar (los intereses personales podían ser muy diversos) en ocho o nueve cajas y siguiendo una orden verbal de José Giral, Presidente del Consejo de Ministros, se envió a Madrid una parte del tesoro de la Catedral y además se evacuaron 171 piezas del Museo de Santa Cruz, un conjunto importante de manuscritos y documentos procedentes de la Catedral, de gran valor. Por consiguiente el sitio, que había sufrido el Alcázar provocó la destrucción de éste, además del deterioro de los edificios de la Plaza de Zocodover y de la célebre Posada de la Sangre. También sufrieron graves daños el Hospital de Santa Cruz -convertido a la vez en cuartel y hospital y con las obras de arte del Museo expuestas al maltrato de los republicanos y a los continuos bombardeos desde el Alcázar y la Puerta del Cambrón. Realmente ningún otro edificio de verdadera importancia monumental había sufrió daños considerables como consecuencia del enfrentamiento bélico, aunque sí que es verdad que la exposición a explosiones a la que las infraestructuras se habían visto expuestas deterioró (aunque no demasiado) las mismas. Por desgracia a partir de octubre de 1936 las destrucciones -aunque ya muy atenuadas- seguirían produciéndose como consecuencia de tres causas principalmente: los efectos retardados de daños producidos durante el sitio del Alcázar, los destrozos producidos por bombardeos de la aviación republicana y los debidos a la utilización de edificios monumentales como cuarteles o depósitos de materiales de las tropas franquistas.
Toledo se convirtió en uno de los lugares en los que el Servicio Artístico de Vanguardia más actuó ( organismo creado en enero de 1937 dentro de la Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado nacionalista) y dirigida por Villanueva; aunque sí que es verdad que en muchos monumentos las restauraciones fueron mínimas a excepción de la catedral (que fue una de las obras más deterioradas y por consiguiente uno de los monumentos que recibió una mayor atención), todo ello se debido a la falta de presupuesto.
       


Una de las mayores preocupaciones del momento era proteger el cuadro de El Entierro del Conde de Orgaz, del Greco, autor protagonista en este caso. Finalmente tras muchas problemáticas se decidió protegerlo de manera un tanto precaria , debido a los continuos problemas que provocaba el escaso capital del que se disponía; en la actualidad se encuentra en el mismo lugar para el que fue pintado, que es en la parroquia de Santo Tomé de Toledo.
Por otro lado me gustaría destacar el buen estado en el que se encuentran las pinturas expuestas actualmente en la exposición que ya he mencionado al comienzo (ubicada en la capilla de Santa Cruz principalmente, además de en otros muchos lugares emblemáticos de la ciudad), en la que se muestran al público por primera vez “juntas”, más de cien obras pictóricas de este prestigioso autor, en múltiples ocasiones procedentes de otros lugares del mundo.
Como conclusión me gustaría resaltar el importante papel de ambos bandos, durante la guerra civil, que ha permitido que se conserve la gran mayoría tanto de obras pictóricas de la ciudad así como sus principales monumentos emblemáticos. También me gustaría llamar la atención sobre las múltiples ayudas financieras que se han destinado al cuidado y restauración de las mismas, que han hecho posible que una ciudad como es Toledo, se convierta en patrimonio de la humanidad, superando así todo los obstáculos de su historia..  




Por si a alguien le interesa visitar Toledo y en concreto esta exposición podéis consultar el siguiente enlace: http://www.elgreco2014.com/#!el-griego-de-toledo/c1sbg

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