domingo, 18 de mayo de 2014

La guerra civil: sublevación militar y el estallido de la guerra. Desarrollo del conflicto.

     El golpe militar, planteado como un pronunciamiento clásico, con apoyo de milicias carlistas y falangistas, se precipitó al 17 de julio por la tarde. Se inició en la guarnición de Melilla, donde los sublevados se hicieron con el poder en todo el protectorado marroquí. Al día siguiente, el 18 de julio, Franco, que contaba con un gran prestigio gracias a su experiencia marroquí, voló de Canarias hacia Marruecos y tomó el mando del ejército de África.
Muerto Sanjurjo, el general Mola planificó y coordinó las acciones que deberían llevarse a cabo, contando con el apoyo de grupos financieros, monárquicos y católicos.
En Madrid y Barcelona la rebelión, encabezada por Fanjul y Goded respectivamente, pudo ser sofocada.
Entre el 17 y el 20 de julio se evidenció el fracaso del pronunciamiento militar, pero se hizo también patente la división en dos del ejército, del territorio y de los recursos económicos. Ambos bandos se enfrentaron en una guerra civil.


     Los rebeldes controlaron las zonas rurales y conservadores (Castilla y León, Galicia, Navarra, gran parte de Aragón y de Andalucía occidental, Baleares, Canarias y el protectorado colonial norteafricano).
El territorio republicano, aunque dividido, contaba con los núcleos industriales y urbanos de más relieve, las regiones de agricultura de exportación, las minas del norte y el oro del Banco de España.
El bando sublevado tenia recursos industriales de menos envergadura, pero controló la principal zona centralista.
Desde el principio los sublevados llevaron el peso y la iniciativa en las ofensivas militares, mientras que entre los republicanos predominaron las operaciones defensivas.


     EVOLUCION DEL CONFLICTO
Los primeros combates y la batalla de Madrid.
     Desde el sur, los legionarios del ejército africano avanzaron por el valle del Tajo y llegaron en septiembre a Toledo, donde liberaron a los centenares de militares y civiles sitiados por las tropas republicanas en el Alcázar.
Aunque el principal objetivo de los sublevados era ocupar Madrid, hasta noviembre ambos bandos intentaron consolidar posiciones.

La guerra en el norte
     Ante el fracaso en el frente de Madrid, Franco, ya Generalísimo optó por concentrar el esfuerzo bélico en el norte, donde había importantes industrias.
Los sublevados lanzaron una gran ofensiva sobre el País Vasco (Durango y Guernika). Tras la muerte de Mola, el general Dávila inició el ataque a Bilbao y tomó la ciudad el 19 de junio.
En agosto, tropas italianas y navarras tomaron Santander. Desde allí pasaron a Asturias y ocuparon Gijón en octubre. Con la caída del norte, la zona republicana perdía una región minera y siderometalúrgica, vital para el abastecimiento de materias primas y el desarrollo de la guerra.

El avance hacia el Mediterráneo
     Con la pérdida del norte, quedaba un solo frente, que iba desde los Pirineos hasta la costa malagueña. Para frenar una   posible ofensiva franquista sobre Madrid, las fuerzas republicanas iniciaron una ofensiva sobre Teruel.
Tras este éxito, Franco decidió iniciar en marzo el avance sobre el valle del Ebro, con el objetivo de llegar al Mediterráneo y aislar Cataluña. Con ello el territorio republicano quedó dividido en dos partes.

El fin de la guerra
     Tras la victoria en la batalla del Ebro, los sublevados intensificaron los bombardeos de las principales ciudades catalanas. Estos bombardeos prepararon la ocupación de Cataluña, que fue rápida y no encontró apenas resistencia. Con la caída de Cataluña, las estructuras políticas y militares del Estado republicano se derrumbaron. Sus autoridades, incluido el presidente Azaña, atravesaron la frontera.
A pesar de lo desesperado de la situación, Negrín y los comunistas intentaron resistir a ultranza en Madrid y la zona centro, cuyas posiciones se mantenían prácticamente como en 1936. Pero Francia y el Reino Unido reconocieron al gobierno de Franco y, en Madrid, estallaron los enfrentamientos internos.

Aunque el gobierno Negrín partió hacia el exilio, la oposición de los comunistas desencadenó una lucha interna que ensangrentó aun más el bando republicano. Se ordenó finalmente el abandono de los frentes sin resistencia, el corones Casado entregó Madrid y el 1 de abril, el general Franco hizo público el comunicado del fin de la guerra sin condiciones.



BEATRIZ MORENO HURTADO 

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