Y es que sufren día a día, viven en una situación de pobreza, vulnerabilidad y discriminación; tienen mucho problemas para acceder a servicios sociales tan básicos y necesarios como es la salud además de no tener demasiadas oportunidades de desarrollo.
Las mujeres palestinas sufren de altos niveles de violencia de género no reconocidos por las instituciones y el entorno que las rodea. Esto es visto como algo totalmente normal ya que Palestina es un país muy marcado por su cultura y religión.
Palestina, un país dónde el sistema patriarcal sigue vigente, dónde todas las mujeres dependen social y económicamente de un hombre, ya sea su padre, marida o hermano, limitando así su autonomía y desarrollo. Un país donde los marcos legales son discriminatorios y las instituciones son demasiado débiles para respaldar los derechos de las mujeres firmados en tratados internacionales.

Todo esto es debido a la cultura y tradición regidas en el país además que el sistema educativo implantado en Palestina contribuye a que estas situaciones no cambien. Las mujeres son educadas para obedecer a los hombres, como objetos... Ver, oír, callar y asentir.
PALESTINA TIENE NOMBRE DE MUJER
Como bien sabemos, Palestina lleva años en guerra defendiendo su país de la ocupación de los israelíes.
La mujer palestina ha tenido un papel muy importante, ya que ha defendido su país en todo momento además de tener que hacerse cargo de su hogar, familia, buscar dinero para poder sobrevivir y curar a los heridos de guerra.
En 1987 cuando comenzó el levantamiento, la mujer palestina jugó un papel muy significativo, ya que lideraron manifestaciones a favor de sus derechos y su país, crearon comités de ayuda popular e hicieron campañas de boicot contra productos israelitas en las regiones de Cisjordania y Gaza.

Las que consiguen dar a luz y tener a sus hijos viven con miedo y en un estado de amenaza constante ya que los israelíes las castigan por todo, incluso si sus hijos lloran, ellas son castigadas.
Para reforzar la ocupación, los israelíes han bloqueado y destruido numerosas rutas; controlan todos los viajes entre Gaza y Cisjordania dividiendo los territorios en comunidades aisladas, prohibiendo de esta manera la libre circulación palestina entre ciudades y pueblos. Para poder viajar de un sitio a otro, los palestinos deben de solicitar un permiso que casi siempre se les es denegado sin explicación alguna.
Debido a esto miles de palestinos han perdido sus puestos de trabajo, no pueden acceder a las escuelas, hospitales y demás servicios.
Son controlados en cada momento, y a pesar de todo las mujeres palestinas siguen luchando día a día por sus derechos y por la liberación de su país, y es que Palestina tiene nombre de mujer.
Hoy en día numerosas organizaciones de mujeres siguen apoyando este movimiento, para que las mujeres y la sociedad que las rodea pueda avanzar.
Es un camino difícil pero ellas, con todo lo que sufren siguen luchando día a día y esto es algo que las caracteriza: SU FUERZA, VALENTIA Y CONSTANCIA.
Irene Silvia Conesa Retamal
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