Reyes Católicos |
Con ellos se llevaron a cabo profundas reformas, tanto políticas, como económicas y sociales. Sin embargo, ahora nos centraremos en las religiosas. Y es que, uno de los objetivos de los monarcas era la búsqueda de una "unidad" religiosa en torno al catolicismo, que diera identidad al Estado.
Esto lo lograron mediante conversiones y expulsiones, en la reforma del clero a través de las órdenes monástias y el clero regular. Asimismo, se creó la Inquisición para perseguir la disidencia o herejía, la cual fue además la única institución común a Castilla y Aragón.
En 1492 se produjo la expulsión de los judíos de España mediante el Edico de Granada, en el que se exponía que la razón de dicho suceso era impedir que siguieran influyendo en los cristianos nuevos. El porqué de esa influencia, que provocaba ese recelo, se encuentre en que los judíos, tras ser convertidos en en cristianos, acceden a puestos que antes tenían prohibidos, ascendiendo de alguna forma en la sociedad. Sin embargo, la mayoría continuaban practicando sus costumbres religiosas. Así, nace el problema de los conversos: al suponer que el bautizado no puede renunciar a su fe, se equipara a la herejia esta práctica (el criptojudaismo, estar bautizado y practicar el judaísmo). Para poner fin a este problema que llevaba tiempo "molestando", los Reyes Católicos, además de ordenar la expulsión, piden al Papa Sixto IV una autorización para nombrar inquisidores en sus reinos, lo que les concede en 1478.
Algunas de las principales actividades de la Inquisición incluyen: represión, expulsión y persecución de judíos principalmente (aunque también moriscos y algunos seguidores del protestantismo), censua, brujería, torturas,...
La Inquisición empleó la censura para evitar la difusión de ideas contrarias a la religión católica, y para ello elaboó los "index Librorum Prohibitorum et Derogatorum". Estos eran listas o índices de libros prohibidos por razones religiosas. Se incluyeron, además de libros de contenido religioso, libros de la literatura española e incluso obras de escritores que hoy se han considerado santos por la Iglesia Católica. Aunque al principio la prohibición era total, poco a poco se fue fragmentando y debilitando.
Los actos de brujería en España no tuvieron tanto peso como en otros países. A pesar de ello, también se dieron episodios como la caza de las brujas de Zugarramurdi (Navarra), que tuvo lugar en Logroño, en 1610.
No
sólo fueron perseguidos por la Inquisición los cristianos nuevos
(judeoconversos y moriscos) y los protestantes, sino también muchos
cristianos viejos por diferentes motivos. Bajo el título de
“proposiciones heréticas” se incluían todos los delitos
verbales, desde la blasfemia hasta afirmaciones relacionadas con las
creencias religiosas, la moral sexual o el clero. Gran cantidad de
gente fue procesada por el simple hecho de afirmar que las relaciones
sexuales sin matrimonio no eran un pecado, o por poner en duda
aspectos de la fe cristiana. También eran frecuentes los procesos
por bigamia, y otros “delitos sexuales”, como la homosexualidad
(denominada “sodomía”) o el bestialismo. La homosexualidad era
castigada con la muerte.
Con
el proceso utilizado en la Inquisición el acusador no corría el
riesgo de ser acusado del mismo delito, ya que el juez podía actuar
por denuncias que el recibiese, sin riesgo alguno para el acusador. A
diferencia de lo que sucedía anteriormente, que el acusador siempre
corría el riesgo de terminar castigado si de lo que acusaba
terminaba siendo demostrado como falso. Además, con este sistema la
figura del “policía” (el que investiga) y la del juez, se
concentran en la figura del inquisidor.
Existía
también la figura del delador, que era una figura anónima que
informaba de las herejías de las que se enteraba. Sin embargo, no
eran duramente castigados si esto resultaba ser falso.
La
práctica de la tortura era empleada como método para interrogar al
acusado, aunque no de forma sistemática. Se dice que se empleó en
aproximadamente un tercio de los acusados por herejía. La tortura no
era un castigo propiamente dicho, sino una forma de adquirir
información. Se aplicaba tanto a niños como a ancianos, sin
distinción de sexo ni edad. Los procedimientos de tortura más
empleados por la Inquisición fueron tres: la “garrucha”, la
“toca” y el “potro”. La garrucha consistía en colgar al
acusado del techo con una polea por medio de una cuerda atada a las
muñecas y con pesos atados a los tobillos, ir izándolo lentamente y
soltar de repente, de forma que los brazos y piernas sufriesen
tirones. La toca consistía en atar al acusado a una escalera
inclinada con la cabeza más baja que los pies e introducir un paño
en la boca y obligarla a ingerir agua vertida desde un jarro para que
tuviera la impresión de que se ahogaba. En el potro el acusado tenía
las muñecas y los tobillos atados con cuerdas que se iban
retorciendo progresivamente por medio de una polea. En todas las
sesiones de tortura había un escribano, que anotaba todos los
detalles, gestos, palabras… de forma que se tiene constancia del
macabro sufrimiento de las víctimas.
Patricia Calvo
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