jueves, 29 de mayo de 2014

Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición. ¿Por qué? ¿Cómo funcionaba?

Reyes Católicos
El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición hace referencia a la Inquisición española. Esta institución tuvo su máximo esplendor en España durante el reinado de los Reyes Católicos. Con la creación de una monarquía autoritaria se formó una importante potencia política, pero que a pesar de ello, no configura un Estado-nación, sino que cada territorio sigue tieniendo su rey de forma independiente.
Con ellos se llevaron a cabo profundas reformas, tanto políticas, como económicas y sociales. Sin embargo, ahora nos centraremos en las religiosas. Y es que, uno de los objetivos de los monarcas era la búsqueda de una "unidad" religiosa en torno al catolicismo, que diera identidad  al Estado. 
Esto lo lograron mediante conversiones y expulsiones, en la reforma del clero a través de las órdenes monástias y el clero regular. Asimismo, se creó la Inquisición para perseguir la disidencia o herejía, la cual fue además la única institución común a Castilla y Aragón.


En 1492 se produjo la expulsión de los judíos de España mediante el Edico de Granada, en el que se exponía que la razón de dicho suceso era impedir que siguieran influyendo en los cristianos nuevos. El porqué de esa influencia, que provocaba ese recelo, se encuentre en que los judíos, tras ser convertidos en en cristianos, acceden a puestos que antes tenían prohibidos, ascendiendo de alguna forma en la sociedad. Sin embargo, la mayoría continuaban practicando sus costumbres religiosas. Así, nace el problema de los conversos: al suponer que el bautizado no puede renunciar a su fe, se equipara a la herejia esta práctica (el criptojudaismo, estar bautizado y practicar el judaísmo). Para poner fin a este problema que llevaba tiempo "molestando", los Reyes Católicos, además de ordenar la expulsión, piden al Papa Sixto IV una autorización para nombrar inquisidores en sus reinos, lo que les concede en 1478.  

Algunas de las principales actividades de la Inquisición incluyen: represión, expulsión y persecución de judíos principalmente (aunque también moriscos y algunos seguidores del protestantismo), censua, brujería, torturas,...

La Inquisición empleó la censura para evitar la difusión de ideas contrarias a la religión católica, y para ello elaboó los "index Librorum Prohibitorum et Derogatorum". Estos eran listas o índices de libros prohibidos por razones religiosas. Se incluyeron, además de libros de contenido religioso, libros de la literatura española e incluso obras de escritores que hoy se han considerado santos por la Iglesia Católica. Aunque al principio la prohibición era total, poco a poco se fue fragmentando y debilitando.
Los actos de brujería en España no tuvieron tanto peso como en otros países. A pesar de ello, también se dieron episodios como la caza de las brujas de Zugarramurdi (Navarra), que tuvo lugar en Logroño, en 1610.

No sólo fueron perseguidos por la Inquisición los cristianos nuevos (judeoconversos y moriscos) y los protestantes, sino también muchos cristianos viejos por diferentes motivos. Bajo el título de “proposiciones heréticas” se incluían todos los delitos verbales, desde la blasfemia hasta afirmaciones relacionadas con las creencias religiosas, la moral sexual o el clero. Gran cantidad de gente fue procesada por el simple hecho de afirmar que las relaciones sexuales sin matrimonio no eran un pecado, o por poner en duda aspectos de la fe cristiana. También eran frecuentes los procesos por bigamia, y otros “delitos sexuales”, como la homosexualidad (denominada “sodomía”) o el bestialismo. La homosexualidad era castigada con la muerte.
Con el proceso utilizado en la Inquisición el acusador no corría el riesgo de ser acusado del mismo delito, ya que el juez podía actuar por denuncias que el recibiese, sin riesgo alguno para el acusador. A diferencia de lo que sucedía anteriormente, que el acusador siempre corría el riesgo de terminar castigado si de lo que acusaba terminaba siendo demostrado como falso. Además, con este sistema la figura del “policía” (el que investiga) y la del juez, se concentran en la figura del inquisidor.
Existía también la figura del delador, que era una figura anónima que informaba de las herejías de las que se enteraba. Sin embargo, no eran duramente castigados si esto resultaba ser falso.

La práctica de la tortura era empleada como método para interrogar al acusado, aunque no de forma sistemática. Se dice que se empleó en aproximadamente un tercio de los acusados por herejía. La tortura no era un castigo propiamente dicho, sino una forma de adquirir información. Se aplicaba tanto a niños como a ancianos, sin distinción de sexo ni edad. Los procedimientos de tortura más empleados por la Inquisición fueron tres: la “garrucha”, la “toca” y el “potro”. La garrucha consistía en colgar al acusado del techo con una polea por medio de una cuerda atada a las muñecas y con pesos atados a los tobillos, ir izándolo lentamente y soltar de repente, de forma que los brazos y piernas sufriesen tirones. La toca consistía en atar al acusado a una escalera inclinada con la cabeza más baja que los pies e introducir un paño en la boca y obligarla a ingerir agua vertida desde un jarro para que tuviera la impresión de que se ahogaba. En el potro el acusado tenía las muñecas y los tobillos atados con cuerdas que se iban retorciendo progresivamente por medio de una polea. En todas las sesiones de tortura había un escribano, que anotaba todos los detalles, gestos, palabras… de forma que se tiene constancia del macabro sufrimiento de las víctimas.

Patricia Calvo 

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