lunes, 26 de mayo de 2014

Historia del arte: bestiario en el Románico


Podríamos definir bestiario como un conjunto de relatos y descripciones de animales reales o fantásticos, también denominados bestias, que solían estar acompañadas de una moraleja. Tuvieron mucha popularidad, sobre todo en Francia e Inglaterra, durante la Edad Media. Reflejaba la creencia de que el mundo había sido creado por Dios y, por tanto, cada individuo y ser vivo tenían una función en él.

El bestiario ha servido como lenguaje simbólico en la literatura. Asimismo, muchas de estas historias o descripciones han sido representadas por ilustraciones y esculturas, sobre todo en el arte cristiano de occidente.

La prima obra de la historia considerada como bestiario es Pyshiologus, un antiguo volumen griego cuya fecha y autor nos es desconocido. Se cree que fue escrito entre los siglos II y IV.
También existe un bestiario de carácter mitológico que es una recopilación de animales y criaturas fantásticas, mitológicas y/o monstruosas.

Todas estas historias fueron los antecedentes de las narraciones que hoy día denominamos fábulas. Una fábula es un breve relato de ficción cuya intención principal es didáctica ya que posee una moraleja final. Generalmente, los personajes protagonistas de las fábulas son animales.

Centrándonos en el campo del arte, el movimiento artístico que destaca en la representación de bestias es el Románico. Podemos encontrar a estos animales reales o imaginarios en capiteles, metopas, tímpanos, canecillos, etc., con la misma función que tienen en los escritos: enseñar y advertir. Provocaba un gran efecto de intimidación en el hombre medieval. Las bestias eran creadas por combinación de varias partes del cuerpo  de distintos animales.


Encontramos dos tipos de bestiario: los reales y los fantásticos. Estos dos grupos a su vez pueden clasificarse de tener un significado positivo o un significado negativo. Por ejemplo, las aves eran animales con un significado positivo y benigno. Las palomas se comparaban con el alma humana y simbolizaban el deseo de abandonar lo terrenal para ascender a los cielos. Por otra parte, el león representaba nobleza, valor y fuerza. Solían ser considerados los guardianes del templo. Era un signo positivo. En cuanto al bestiario de signo negativo, encontramos a la serpiente que era símbolo del pecado y del demonio. El mono era una caricatura grotesca del hombre. Se asociaban las liebres y los conejos con la lujuria. Por último, las bestias fantásticas también podían tener un signo positivo o negativo. Las más representadas eran, por ejemplo, los grifos (cabeza y alas de águila, cuerpo de león) se situaban a la entrada de las iglesias como guardianes. Los dragones eran considerados los enemigos de Dios y los hombres. Las sirenas tenían cuerpo de mujer y una o dos colas de pez. Representaba la seducción y las pasiones y placeres carnales. Los centauros tienen cabeza y tronco de hombre, pero el resto del cuerpo es de caballo o asno. Simbolizan las pasiones y la lujuria. Por último, los basiliscos eran los encargados de transportar el alma de los condenados al infierno. Simbolizaban la muerte y/o el propio diablo. Tenían cuerpo de serpiente, patas y cresta de gallo.  




Bibliografía:
www.wikipedia.es
www.rae.es
www.arteguias.com
www.images.google.es


Patricia Colomo Nieto



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