Ciudad de La Meca |
El
término “Hajj” hace referencia a la peregrinación a La Meca que
realizan los musulmanes en Arabia Saudí. Esta peregrinación es uno
de los cinco pilares de la religión musulmana, siendo los otros
cuatro: profesión de fe (o shahada),
la oración (o azalá), dar limosna (o azaque) y ayuno.
Es por esto que todo musulmán que se encuentre en una buena
situación económica y saludable debe realizar dicho viaje.
Adán |
Comercio en La Meca |
Así, en el siglo V, la tribu Quraysh se hizo con el control de La Meca y sus miembros se convirtieron en expertos mercaderes y comerciantes. En el siglo VI se sumaron al comercio de especias.
Significado religioso de la peregrinación a La Meca
La
peregrinación a La Meca se realiza dentro de los límites de espacio
y tiempo establecidos en la tradición religiosa. Estos son: el
ritual se realiza una vez al año, al inicio del mes lunar musulmán,
y se lleva a cabo única y exclusivamente en la ciudad de La Meca y
alrededores, lugares considerados prohibidos para los no musulmanes.
El
Hajj
comienza con la proclamación de las intenciones de llevar a cabo la
peregrinación.
Cuando
el peregrino ha realizado ya su viaje a Arabia Saudí (hoy en día la
mayoría de los fieles viajan en avión hasta allí para realizar el
ritual) y se encuentra en el perímetro a La Meca, debe purificarse y
vestirse con una prenda llamada irham,
que se trata de un trapo blanco sin costuras. Han de ir bañados
previamente, para después perfumarse, cortarse las uñas y deben
llevar sandalias.
Ritual alrededor de la Kaaba |
Al
octavo día del mes de Peregrinación, el peregrino se dirige a la
ciudad de Medina, a unos kilómetros de La Meca, de nuevo vestido con
el irham.
Así comienza el llamado “día de la toma de agua”.
El
noveno día de la peregrinación se dedica a la estadía de un día
en la llanura de ‘Arafat’, donde se debe pasar una jornada de
oraciones e invocaciones y, sin la cual, la peregrinación no tiene
validez.
El
siguiente paso de la peregrinación es pasar una noche en
Al-Muzdálifah. Allí se realizan las oraciones pertinentes y no se
parte antes del alba el décimo día. También se recogen setenta
piedrecillas para realizar más adelante el rito de lapidar a
Satanás.
Después
se vuelve a Miná, antes de que salga el sol, y se celebra la
“Festividad del sagrado sacrificio” (Id
Al-Adha Al-Mubarak).
Allí, en Miná, se arrojan los pedruscos contra unos monolitos, que
representan a Satanás. El primer día deben lanzar siete piedras
contra la mayor de ellas y durante los dos días siguientes, 21
contra las tres, grande, mediana y pequeña.
Ese
mismo día se realiza el rito de sacrificar una res en Medina, donde
se puede quedar el peregrino a lo sumo dos o tres días.
Inmediatamente después del sacrificio se realiza el noveno rito, que
es la rasuración de la cabeza, a modo de purificación, lo cual nos
permite despojarnos de las ropas de peregrinación y realizar lo que
estaba vedado, excepto las relaciones maritales.
Recorrido de la peregrinación en La Meca |
El
décimo rito de la peregrinación es la vuelta a La Meca, donde se
realizan los últimos ritos: siete circunvalaciones al Templo, una
oración, las corridas entre montículos y beber del agua de zamzam,
exactamente igual que la primera vez. Luego se podrán hacer todos
los ruegos y prácticas optativas que el peregrino desee.
En
la actualidad cerca de 4 millones de musulmanes de todo el mundo
confluyen cada año en Arabia
Saudí para
realizar la
peregrinación a La Meca. El ritual constituye una prueba para el país anfitrión, debido a la
gran afluencia y la complejidad de proporcionar la seguridad
necesaria a todos los fieles que allí se reúnan, así como es una
muestra del peso de una religión que siguen 1.600 millones de
personas. El Corán dice que todo musulmán física y financieramente
capaz debe hacer el peregrinaje al menos una vez en su vida. En tanto
que responsable de la custodia de los santos lugares, el Gobierno de
Riad concede cuotas de visados de acuerdo con el número de
musulmanes de cada país.
El
arte musical islámico fue el fruto de una constante interacción
entre árabes, persas, turcos e hindúes. Esta cultura
musical está dominada por los pueblos islámicos arabófonos,
persófonos y turcófonos y está integrada por un sistema único
aunque heterogéneo en el que están incluidas la música litúrgica,
clásica, folklórica y moderna.
La
constante interacción de estos pueblos fue, en parte, causada por el
movimiento económico y cultural que se producía en Arabia Saudí
debido a todo lo que movían las peregrinaciones a La Meca.
La
tradición musical del Islam se remonta a sus orígenes abrahámicos
y mosaicos. Los cantos y danzas rituales caracterizaron a la religión
de los Hijos de Israel, como se comprueba en las historias bíblicas
de Moisés y David. En el primer libro de Samuel podemos leer: «...al
entrar a la ciudad te encontrarás con un grupo de profetas bajando
del excelso, precedidos de salterios, tímpanos, flautas y arpas, y
profetizando»; «Cuando el espíritu de Dios se apoderaba de Saúl,
David tomaba el arpa, la tañía con su mano, y Saúl sentía alivio
y bienestar, pues se retiraba de él el espíritu malo».
La
primera práctica musical del Islam fue y es en la mezquita. Esta
consiste en la llamada a la oración a cargo del muecín, al que
puede juzgarse por el impacto emocional de voz y su fraseología
musical. La segunda música fundamental del Islam en la mezquita es
la lectura o salmodia del Sagrado Corán, labor encomendada a un
solista, el almocrí (del árabe muqri’) que emplea una profusa
ornamentación. Esta desarrolló la ‘ilm al-qira’a, «ciencia de
la recitación».
Al
llegar la época de las traducciones grecolatinas, la tradición
musical griega pasó a formar parte de la civilización islámica. Lo
que se imitó de la música helénica no se superpuso a los
parámetros propios, sino que sirvió para enriquecerlos. También
introdujeron el término griego “musiqí” (música). La
concepción griega de la música como como «ciencia de la
fabricación de melodías» se difunde por todo el mundo islámico y
abre el camino a un panorama totalizador de los fenómenos vocales e
instrumentales, fundamentando en los principios científicos de la
Antigüedad clásica.
La tradición musical islámica es meramente popular. En esta tradición han aparecido poetas-músicos “neopopulares”, quienes adaptaban las tradiciones músico-poéticas de la zona a su momento y sus costumbres, como Sayyid Darwish.:
http://www.youtube.com/watch?v=U5tmV2BCp8M
Patricia Calvo
Grupo 8
No hay comentarios:
Publicar un comentario