En
Campania, cuya capital es Nápoles reina la camorra, la mafia más antigua del sur de Italia,
siempre fue urbana y estuvo anclada en los barrios de Nápoles. Fue portavoz y
representante de la masa inculta, y a la vez estuvo estrechamente relacionada
con los monarcas y su aparato estatal. Representó los intereses del estado en
el sur de Italia hasta el final del dominio español.
Bandera de Nápoles |
Con respecto a la etimología de esta palabra podemos
decir que hay muchas interpretaciones, pero la tesis más aceptada es que la
palabra “camorra” viene del español
antiguo, “gamurri”, que era el término que se utilizaba para nombrar a los
malhechores que abundaban en las montañas de España y que llegaron a la
Península Itálica alrededor del año 1300.
Los Borbones
eran muy duros con sus opositores, la mayor parte de las capas sociales más
bajas estaban de parte de ellos y a
cambio estos garantizaba a la plebe un
espacio donde pudieran hacer prácticamente lo que les viniera en gana.
Escudo de Nápoles |
La
camorra napolitana es un fenómeno propio de las clases más bajas, nunca ha sido
asimilada por la modernidad.
En el
siglo XIX en cada barrio de la ciudad gobernaba un “guappo”, un jefe de la camorra. El camorrista napolitano,
llevaba un cinto rojo, un gorro llamativo y una chaqueta corta. Su objetivo era
ser reconocido, ya que se adornaba con anillos y collares muy llamativos. En
una ciudad tan poblada como Nápoles esto era una especie de necesidad, para que
la persona respetable no sufriera violencia innecesaria.
En Nápoles
no existía el delito de honor, existía la cicatriz, es decir, cuando alguien
hacía algo que al camorrista le parecía mal, se le hacía una herida en la cara.
Esta cicatriz permitía que el camorrista no acabara en la cárcel y el culpable
llevaba la ofensa en el rostro para toda la vida. Si había diferencias entre
camorristas se hacía un duelo, en Nápoles se llamaba “zumpata”. Esto era un
modo de resolver las disputas, casi nunca considerado delito. Este tipo de
cosas fomentaba la violencia pero al mismo tiempo la controlaban, garantizaba
una especie de orden en el caos, un control social de la violencia.
Los
pobres desempeñaban un importante papel ya que estaban mezclados con las demás
capas sociales, pero de vez en cuando podían sublevarse. Por ello, el temor a
una sublevación de los pobres ha permitido una de las ilegalidades de masas más
importantes de Occidente.
En 1860,
el aventurero político y héroe de la libertad Giuseppe Garibaldi derrocó a los
Borbones en el sur de Italia. Tenía el apoyo de la Casa Real Piamontesa de
Saboya, de los masones, nacionalistas y republicanos. Pero sin la ayuda de un
grupo de poder muy concreto, Garibaldi y su ejército difícilmente habría podido vencer a las
tropas Borbónicas ya que los aristócratas sicilianos y la iglesia católica no lo
hicieron.
Durante
las revueltas garibaldinas en Palermo (Sicilia) hubo grupos de la mafia que
tomaban parte simplemente porque les interesaba el cambio. Garibaldi avanzó
hasta Nápoles, pero el jefe de policía
temía que la camorra, que era fiel a los Borbones, movilice a las masas
populares contra sus tropas y, por ello decidió convocar a todos los jefes de
la camorra y los admitió en la guardia nacional convirtiéndolos en policías. La
entrada de Garibaldi en Nápoles fue uno de los pocos cambios en la historia de
la ciudad en los que no revueltas populares, fue una transición tranquila ya
que la camorra era la policía, fue un caso histórico y emblemático.
La
camorra actúa básicamente en la región de Campania y cuenta con muchos
afiliados. Posee características mercenarias y ha mostrado una gran influencia
en la economía y administraciones locales.
A
diferencia de la Cosa Nostra, está formada por muchas bandas que se agrupan, se
disuelven y se vuelven a agrupar sin orden ni disciplina, no están regidos por
reglas fijas y además, la camorra hunde sus raíces en la ciudad, en cambio,
Cosa Nostra es de origen rural.
La
camorra ha sido utilizada ya desde el siglo pasado por la política: primero por
los Borbones en contra de ls liberales y después por los liberales en contra de
los Borbones. Además tras la formación de la Italia Unida recurrieron a ella
para condicionar los resultados electorales.
Hasta poco antes de la II Guerra Mundial, los camorristas se reunían regularmente en las catacumbas de sus parroquias para discutir sobre asuntos internos o generales. Los camorristas eran y siguen siendo profundamente católicos, pero mucho más tolerantes en sus costumbres que el resto del sur.
Durante
algunas etapas de la segunda posguerra ofrecieron a las clases más pobres la
posibilidad de ganar un salario sin necesidad de integrarse en la camorra.
La camorra, se propone a gobernar el desorden
social, y por ello presenta una doble cara: una vinculada a la marginación
social y otra ligada a la corrupción administrativa. Sin embargo, no ha cometido importantes
homicidios políticos, ya que ha sido marginada de las grandes cuestiones
nacionales.
También
es cierto que en Nápoles, nunca se emprendió una campaña a fondo contra la
camorra. La camorra es indiferente a las
ideologías políticas. Por su propia tradición mercenaria, lo más importante
para la camorra es siempre el negocio y la convivencia.
Hoy en
día, debido a su singular relación de integración y de dominio sobre las clases
más pobres de la población, en los momentos de dificultad se mezcla con la más
difundida delincuencia común.
Además,
en la camorra actúan grupos de delincuencia urbana y bandas de jóvenes
delincuentes y establece relaciones con estas formas de criminalidad
organizada. Es una organización mafiosa que tuvo, y sigue teniendo carácter
masivo.
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