El 2 de mayo 1808,
Madrid sufrió una guerra entre franceses y españoles, conflicto que fue
resuelto por Napoleón con las renuncias de Bayona. En la homónima ciudad francesa, Napoleón
consiguió que Carlos IV y su hijo Fernando VII renunciasen al trono para así
cederlo a su hermano José Bonaparte, quien reinó sucesivamente bajo el nombre
de José I (1808-1813).
Al considerar el
acto de las abdicaciones de Bayona como un acto ilegal, las Juntas se encargaron
de reformar la soberanía, convocando a las Cortes en Cádiz, a partir de 1810.
En las Cortes
destacaron tres grupos; los conservadores,
quienes querían mantener la monarquía absoluta, los Jovellanos, con la intención de crear un régimen intermedio entre
el viejo absolutismo y un modelo constitucional, y por último, el grupo de los liberales, quienes propusieron la idea
de soberanía nacional.
Los liberales
triunfaron, y con la finalidad de restablecer un nuevo régimen político, fue
redactada por los diputados liberales Agustín Argüelles, Diego Muñoz Torrero y
Pérez de Castro la Constitución de 1812, conocida también como La Pepa, ya que fue promulgada el 19 de
marzo, día de San José.
En esta
constitución apareció por primera vez la idea de soberanía nacional, es decir, el poder ya no residía únicamente en
el rey, quien se encontraba ya con poderes más limitados, sino en la nación.
La Constitución
también organizó el reparto de los poderes; el legislativo estaba en las manos de
las Cortes unicamerales, el judicial,
que recayó en los tribunales, y por último, el poder ejecutivo al rey. Como he
citado anteriormente, el poder real estaba acompañado siempre por el de las
Cortes, de hecho, el soberano no podía disolver las Cortes. Además, debía pedir
consejo a las Cortes acerca del nombramiento de los ministros.
A través de los
representantes en las Cortes, el pueblo podía ejercer su soberanía, mediante el
sufragio masculino indirecto. Sólo los hombres mayores de 25 años tenían el
derecho a votar, las mujeres estaban excluidas.
A los ciudadanos se
les reconoce ahora la igualdad ante la ley y el reconocimiento de los derechos fundamentales
del individuo, entre ellos estaba: derecho a la educación, libertad de prensa,
inviolabilidad del domicilio y de la propiedad.
España fue
proclamado Estado confesional, cuya
religión oficial y única es la católica
apostólica y romana por tanto, el culto de cualquier otra religión fue
severamente prohibido.
La Pepa tuvo importancia en su época debido a que fue y sigue
considerándose, hoy en día, la primera constitución liberal totalmente española.
Bibliografía:
http://it.wikipedia.org/wiki/Costituzione_spagnola_del_1812
http://es.wikipedia.org/wiki/Constituci%C3%B3n_espa%C3%B1ola_de_1812
http://www.historiasiglo20.org/HE/9b-2.htm
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