El graffiti aun que parezca un fenómeno muy joven nacido a
finales del siglo XX en Nueva York y de forma ilegal, tiene un origen mucho más
antiguo y lejano del que mucha gente desconoce o ignora. Las paredes desde la
prehistoria, han servido de lienzo para todo el que quisiese dejar un mensaje para
la gente que le rodeaba, las más antiguas eran las pinturas rupestres de la
prehistoria o los jeroglíficos de Egipto que contaban historias o las formas de
vida que llevaban en esos tiempos, todos se podrían considerar graffitis los
cuales no estaban hechos a spray como ahora, pero que tenían un mensaje.
Lo
que se podría considerar graffiti ilegal nació con el imperio romano, la
población, muchas veces como método de protesta, hacían pintadas anónimas cerca
de las casas de los que gobernaban, también se realizaban multitud de pintadas
con mensajes de amor, o de burla hacia cosas o personas, que han ayudado a
entender mejor la sociedad de la antigüedad; Se pueden ver ejemplos de estas
pintadas en las ruinas de Pompeya.
En la edad media se seguía manteniendo esta
tradición, pero no fue hasta a partir de la Revolución francesa y a lo largo de
la edad moderna cuando la lucha contra el absolutismo y por la libertad de
expresión fue el perfecto caldo de cultivo para que la gente saliese a la calle
a manifestarse y a expresar lo que pensaba, un método más, era el graffiti,
esta vez con mensajes más inteligentes y buscando hacer reflexionar al pueblo. Con
la llegada de las guerras mundiales surgieron nuevos estilos, las diferentes
culturas urbanas que se desarrollaron a lo largo del siglo XX influyeron a lo
que paso a ser un graffiti más poético y mucho más político, como es el caso de
los movimientos hippies o punks.
Llegado el siglo XXI, y con la mejora del
material que se utiliza para pintar, el graffiti pasa a ser reconocido en
algunos casos como arte urbano, se empieza a respetar mucho mas al artista que
busca hacer sus pintadas mas personales y trabajadas, pasando de frases con potentes
mensajes a dibujos más difíciles de leer. Es tal la aceptación que tiene ahora
el graffiti en la actualidad que incluso se utiliza para campañas políticas.
Miguel Cabrales Trouillhet
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