sábado, 31 de mayo de 2014

Porque los francés negaron a las mujeres el voto entre las dos guerras

Porque los francés negaron a las mujeres el voto entre las dos guerras 

En Francia la lucha sufragista fue particularmente dura dónde se instauró finalmente el derecho de votar en 1944. Esta fecha es posterior a la mayoría de los países europeos de la misma época y subraya una diferencia alarmante con relación a los avances de los derechos en un país tan importante. Las razones principales de este retraso francés gira entorno de a las creencias ideológicas del partido Radical y al deseo en general de reforzar el dominio masculino. Sin embargo hay que notar que las mujeres eran En parte culpables por este fracaso debido a la diversidad de movimientos feministas y a la falta de una causa común con respecto a sus objetivos finales. 

Durante la Primera Guerra Mundial, el papel de la mujer se convirtió en algo esencial para la supervivencia de Francia. Las mujeres se convirtieron en los jefes de familia, en ausencia de los maridos y los hijos, y tuvieron que tomar el trabajo masculino (como granjeras y mecánicas). En resumen, las mujeres se volvieron más independientes y empezaron a gozar de una vida de libertad sin precedentes. Además debido al éxito de los movimientos feministas en Alemania y el Reino Unido, era evidente que el papel de la mujer europea estaba cambiando. Sin embargo el gobierno de la tercera república francesa no querría aprobar el derecho a votar a las mujeres, así que trató de invertir los cambios culturales.  

En 1919, tácticamente el Senado retrasó el debate sobre el sufragio femenino, y en 1922lo rechazó completamente. Aunque la Sala de Diputados votó 344-97 a favor del sufragio, debido a la falta de hombres a causa de la guerra, si las mujeres tenían el derecho de votar habría sido posible que ellas se enseñorearon los opiniones de los hombres. Por eso, los hombres recuperaron sus puestos de trabajo y el gobierno empezó a ofrecer beneficios a las familias numerosas para alentar a las mujeres a volver a su antiguo puesto de ser madres. No Obstante a pesar de que era posible reemplazar a las mujeres en el mundo laboral y aprobar leyes para controlarlas, no fue posible erradicar ni extraer las experiencias adquiridas para que se volviesen a su antigua identidad (Foley, 2004, p.172). 

Fue el partido Radical quien se opuso al sufragio fuertemente. En Primer lugar era en contra de la Iglesia y creía fuertemente en el secularismo del estado. Según el partido Radical las mujeres fueron fieles a la iglesia a causa de su educación católica así que pensaba que ellas votarían a su favor. Esencialmente el partido Radical tenía miedo de que el sufragio femenino llevara a un aumento en los partidos religiosos que contravinieron sus valores republicanos. Sin embargo a causa de su dominación en el Senado el partido Radical pudo rechazar las reformas feministas fácilmente. 

Otro punto importante incluye que a pesar de que Léon Blum acababa de ser elegido el primer, Primer Ministro judío en Francia, durante este tiempo hubo un aumento de opiniones antisemitas. Eso ha marcardo el éxito del movimiento feminista porque mucha gente creía que “El feminismo [era] una invención judía”. (Bard, 1999, p.57). 

Por otra parte, según Steve Hause culpar solamente al partido Radical y a las opiniones públicas para el retraso francés deja de lado las faltas de los sufragistas franceses (Smith, 1997, p.339). En primer lugar las mujeres apoyaban a los partidos equivocados tales como los conservadores antirepúblicos y clericales que se oponían al partido radical. Eso fue una falta crucial por parte de las feministas porque obviamente el partido gobernante no iba aceptarlos si apoyaban a sus rivales. 

Aún las feministas famosas como Cécile Brunschvig perteneciente al partido radical, trataban de influir a los politicos desde dentro del mismo partido. Fue una de las tres primeras mujeres permitidas en el gobierno aunque este hecho no tenía mucho éxito ya que,  como condicionante a su puesto Brunschvig tenía que renunciar a su campaña a favor del sufragio. Así que, aunque la decisión de permitir a las mujer en el gobierno perecía ser un símbolo de progreso hacía el sufragio, en realidad fue una estrategia a través de la cual, los politicos podían vigilar y controlar a estas mujeres influyentes.

En segundo lugar, existía una gran polarización entre las organizaciones feministas como las feministas Católicas Radicales (como Brunschvicg) y las feministas apolíticas se llamaban  llamadas Les Femmes Nouvelles. Esta falta de cohesión llevaba a las propias mujeres a divisiones innecesarias de clase y de política. Es decir, las mujeres fracasaron de movilizares en un grupo unido con objetivos claros y comunes para lograr el derecho de votar y la igualdad. 

En conclusión, a pesar de las faltas de las feministas francesas, no se puede negar que los obstáculos más grandes para las mujeres fueron los intereses personales y la ideología del partido radical. En realidad, el asunto del sufragio tenía más que ver con la amenaza que tendrían las mujeres hacía el poder y la estructura de la república que el hecho de ser femenina. No obstante, los radicales fueron ayudados por la misoginia clásica de la población masculina de la época y su deseo de reafirmar la posición de la mujer, así como la incapacidad de las feministas para movilizarse de manera efectiva. Así que, a pesar de que las creencias radicales eran demasiadas fuertes, las mujeres han cambiado su comportamiento.

Bibliografia
Bard, C., 1999. Un Siecle d'Antiféminisme. 3812 ed. Paris: Fayard.

Foley, S. K., 2004. Women in France Since 1789. Baisingstoke : Palgrave Macmillan.

Reynolds, S., 1994. Women and the Popular Front in France: The Case of the Three Women Ministers. French History, pp. 196-224.

Smith, P., 1997. Political Parties, Parliament and Women's Suffrage in France, 1919-1939. French Histroy, pp. 338-358.

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