miércoles, 14 de mayo de 2014

Caída del reino de Granada

El reino nazarí de Granada fue un estado islámico de la Edad Media situado en el sur de la Península Ibérica y en Ceuta, con capital en la ciudad de Granada.
Desde finales del siglo XIII, los sultanes nazaríes intentaron mantener un difícil equilibrio entre la potencia aplastante de sus señores castellanos y la injerencia creciente de sus aliados marines en los asuntos granadinos. Sin embargo fue perdiendo territorios frente a la Corona de Castilla, hasta su desaparición tras la Guerra de Granada, mantenida entre 1482 y 1492. El reino nazarí de Granada sería el último estado musulmán de la Península ibérica, la antigua al-Ándalus. Tras esto fue definitivamente incorporado a la Corona de Castilla como reino de Granada.

La década que va de 1482 a 1492 será la última en la vida del Reino de Granada. A lo largo de esos diez años se desarrollará la que se ha conocido como “la guerra de Granada”, que iba a suponer el empuje definitivo de las armas cristianas para integrar las tierras granadinas dentro del conjunto del nuevo Estado resultante de la unión de Castilla y Aragón.

Durante el siglo XV, la política de los reyes de Castilla y Aragón se tornó violentamente represiva, especialmente con la llegada a Granada del cardenal inquisidor Francisco Jiménez de Cisneros (1436-1517). Cisneros impuso la cristianización de los musulmanes y judíos por la fuerza, inició persecuciones, ordenó la quema de ocho mil manuscritos islámicos en la Alhambra, en 1499, y expulsó a quienes no se convertían al cristianismo. Por esa época había dos clases de musulmanes: los mudéjares viejos y los granadinos, nuevos o moriscos.




La guerra de Granada:

La ofensiva castellana se inició con la toma de Alhama, el 29 de marzo de 1482. Las disensiones internas favorecieron a Fernando. Para mejorar la situación financiera del reino nazarí Abu al-Hasan decidió recaudar nuevos impuestos, creando así el descontento de los granadinos que se agruparon en torno a su hijo Abu Abd Allah Muhammad, Boabdil, proclamado rey de Granada por los Abencerrajes. El sultán destronado y su hermano Muhammad b. Sa´ad se refugiaron en Málaga. Deseoso de prestigio, Boabdil decidió llevar a cabo una incursión en tierra cristiana y atacó Lucen, pero en el transcurso de la batalla sufrió numerosas pérdidas y fue hecho prisionero por los cristianos. Fernando hizo poner en libertad a Boabdil, el cual, por el Tratado de Córdoba, se reconocía vasallo suyo y se instaló en Guadix, donde fue reconocido como rey. La guerra se convirtió progresivamente en una guerra de asedio, gracias a la poderosa artillería de los castellanos. Ronda fue tomada en mayo y la fortaleza de Loja capituló en mayo de 1486 tras valerosa resistencia. Poco antes se había producido en las calles de la capital nazarí una sangrienta batalla entre los seguidores de al-Zagal y los de Boabdil, fiel al pacto secreto que les tenía a los Reyes Católicos. Baza se rindió en noviembre de 1489. Rodeados de enemigos por todos lados, los granadinos pidieron ayuda en 1485 a sus aliados tradicionales. Los monarcas de Berbería se limitaron a dar acogida, en las costas africanas, a los emigrantes procedentes de Al-Andalus y a entregar algunos subsidios para el rescate de cautivos malagueños. Por otra parte, las gestiones llevadas a cabo por Ibn al Azraq cerca del sultán mameluco de Egipto para salvar el islam agonizante de España, fracasaron por completo. 

Después de la caída de Baza, al-Zagal abandonó la lucha y aceptó entregar Almería y Guadix en 1489. Los Reyes Católicos permitieron la salida hacia África de la población musulmana.

Los nazaríes prosiguieron una lucha desesperada para defender un territorio cada vez más reducido. A finales de agosto de 1491, Boabdil entabló una serie de negociaciones secretas con los Reyes Católicos para la rendición de la ciudad. El 25 de abril de 1491 se firmaron en Santa Fe los tres documentos que contenían las cláusulas de las capitulaciones de Granada.

El 2 de enero de 1492 Boabdil entregó las llaves de la fortaleza al Gran Comendador de León, Don Gutiérrez de Cárdenas, en la torre de Comares. Boabdil abandonó Granada junto con su familia a escondidas de sus súbditos y rindió homenaje a los Reyes Católicos a las puertas de la ciudad, antes de partir hacia el señorío de la Alpujarra, propiedad que le había sido concedida. Poco después cruzó al Magreb, donde terminó sus días.







El 6 de enero de 1492 los Reyes Católicos hicieron su entrada en Granada y organizaron allí su administración.La conquista política había concluido; se precisaron más de dos siglos y medio para reducir el último bastión del Islam en España.

                                                                                                           Raquel Martínez Estévez

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