jueves, 1 de mayo de 2014

EL PUENTE DE LAS CADENAS, BUDAPEST (Revolución industrial)

Antiguamente la ciudad de Budapest, hoy capital de Hungría, se dividía en dos ciudades distintas: Buda y Pest, separadas por el río Danubio. En aquel entonces, la única vía para pasar de una ciudad a otra era el ferri; pero a mediados del Siglo XIX los avances en la ingeniería británica transformaron la situación. Este cambio se llevo a cabo en el año 1849, cuando las dos ciudades se unieron por primera vez mediante un puente colgante: El puente de las Cadenas de 202m de largo, uno de los puentes más grandes del mundo cuando fue construido, y obra del famoso ingeniero de origen británico Tierny Clark. Ya desde la época de su construcción fue considerado uno de los elementos emblemáticos de la ciudad de Budapest; hoy sigue siendo el símbolo más representativo de la capital de Hungría.

La historia del Puente de las Cadenas comienza en la revolución industrial británica, que maravillaba al mundo con sus novedosas construcciones de hierro y acero. El primer paso lo dio el conde Esteban Széchenyi, quien sorprendido por algunos de los grandes puentes colgantes sobre el río Támesis en el Londres del Siglo XIX, retó al ingeniero Tierny Clark, quien había diseñado con anterioridad el Puente de Hammersmith, a construir un puente sobre el río Danubio; y así lo hizo, diseñando el que sería el primer puente que uniría ambas ciudades.

Con la revolución industrial y sus avances, los húngaros carecían de conocimientos necesarios para la construcción de un puente de este tipo, al contrario de los británicos;  por lo que los húngaros tuvieron que recurrir a estos para la construcción del puente.

Como ya está indicado anteriormente, fue el primer puente que unió los dos lados del río Danubio, y facilitó en gran medida tanto el comercio como el transporte, no obstante también tuvo una gran importancia simbólica, ya que la construcción del Puente de las Cadenas fue el primer paso hacia la unificación de las dos ciudades a los dos lados del río.

William Tierny Clark fue el encargado de diseñar este puente, pero fue el ingeniero escocés Adam Clark quien supervisó su construcción, y su papel en la historia del puente le otorgó gran fama entre los húngaros.
En 1848, tuvo lugar en Hungría una de las muchas revoluciones que se estaban dando en ese mismo año entre los Estados de los Habsburgo. Pero al contrario que otras revoluciones, la de Hungría dio lugar a una Guerra por la independencia húngara del Imperio austríaco. En el año 1849, la revolución fue sofocada, en el mismo año en el que la construcción del puente finalizó; por lo que durante el conflicto no era de extrañar que los austriacos pretendieran la destrucción del puente. Esta situación fue solucionada por el escocés Adam Clark, quien inundó las cámaras que contenían los explosivos dispuestos para volar el puente, así Adam Clark impidió la destrucción del puente. De repente, a pesar de su origen escocés, Adam Clark fue reconocido como un héroe nacional húngaro.

La construcción del Puente de las Cadenas contribuyó al auge económico que dio lugar a la Edad Dorada de la historia de Budapest; es en la década de 1870 cuando esta ciudad se convierte en una de las más importantes de Europa en cuanto a poder. En 1873 Buda y Pest se unificaron oficialmente, y Budapest se convirtió en la capital de Hungría. Por esa época, se le concedió a Hungría cierto grado de autonomía del Imperio, con el derecho del gobierno de los asuntos internos de la ciudad.


Por último, es también significativa en la historia del Puente de las Cadenas la dinamización del puente por parte de las tropas alemanas, a finales de la Segunda Guerra Mundial. El puente fue reconstruido, y se inauguró el 21 de noviembre del año 1949.

1 comentario:

  1. Muy interesante. Seguro que habrá compañeros que en su próxima visita a Budapest observarán este puente con otros ojos.

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